JUAN ÁLVARO CASTELLANOS | El Nuevo Siglo
Jueves, 2 de Agosto de 2012

Buscar la llave

 

Bajo clima de incertidumbre y con nubarrones que amenazan crisis en algunos sectores de industria y comercio se inicia el semestre en el panorama económico del país.

La hoguera provocada por Gobierno y Congreso de la República con el nunca bien recordado procedimiento para lograr la pretendida Reforma a la Justicia, generó confusos interrogantes que se convirtieron en signos de desconfianza en el área económica.

Y se han incrementado por temor a eventuales efectos de la turbulencia en Europa, con énfasis en países cercanos a la economía colombiana, como es el caso de España, con más de un centenar de empresas en petróleo, minería, energía, telecomunicaciones y hotelería, entre otros.

Algunas con inversión directa y otras en sociedad con nacionales que, según cifras oficiales, alcanza más de 2 mil 500 millones de dólares.

Consultados medios de comercio exterior, no descartan venta gradual de empresas a otros inversionistas extranjeros y a colombianos, o reducción de operaciones en algunos sectores.

Pese al esfuerzo para exportar en telas y confecciones, ese gremio acaba de dar el campanazo de alerta al revelar eliminación de 50 mil puestos de trabajo por incremento en importaciones, contrabando y confusa tabla oficial de aranceles.

La micro, pequeña y mediana empresa es la más afectada con 10 mil empresas de esa especialidad en el país.

No pueden desconocerse esfuerzos del Banco de Comercio Exterior -Bancoldex- para apoyar las Pymes, dentro del criterio de convertirse en institución financiera abierta a todos los medios de producción. Es el momento de hacerlo, sin esperas, ante la situación denunciada por la Cámara Colombiana de la Confección.

Estas crisis no se superan con foros y conferencias, sino con ejecuciones directas.

Es oportuno retomar a Joseph Stiglitz, Premio Nóbel de Economía (2001), quien afirma en El Malestar de la Globalización que los países desarrollados trabajan para practicar lo que predican para los grandes centros financieros, mientras los de economía en desarrollo tienen el reto de buscar reformas, por sí mismos, para transformar su sociedad con oportunidades de igualdad.

Ahora que el Gobierno busca mejorar sus índices de aceptación y rinde informes de gestión de dos años, lo mejor es que tome el esquema de renovación de entidades oficiales, lejos de burocracia, para que funcionen al servicio de la ciudadanía.

Buscar la llave de la reconstrucción nacional, sobre la base de economía y desarrollo con integración, es la meta que debe alcanzar el país, no para subir indicadores de popularidad del Gobierno, sino para llegar a resultados económicos con amplios beneficios sociales.