JUAN ÁLVARO CASTELLANOS | El Nuevo Siglo
Jueves, 27 de Diciembre de 2012

La Represa                                               

 

A  diario continúan enormes filas de hombres y mujeres, al filo de la tercera edad, aferrados al propósito de obtener la pensión. Es escena habitual en Bogotá y principales ciudades del país.       

Todos llegan a Colpensiones en maratón, como atleta que busca máximo puntaje y medalla de oro, en el atletismo de su vida laboral.

No todo colombiano, por más cumplido que haya sido en sus cotizaciones a seguridad social, puede aspirar al menos en esta época, a obtener sin dificultades esa presea, en el país de la desigualdad.  

Colpensiones,  en su tercer mes de actividades, es una empresa de contrastes, con marcadas luces y sombras. La institución con cara de multinacional, por sus instalaciones y con imagen corporativa, insinúa una nueva era  en la sinuosa historia de la protección social. Sin embargo, está distante del margen de eficiencia esperado.

El contraste está en el intangible volumen de historias laborales y expedientes represados, como consecuencia de distintas características en los sistemas computarizados encontrados en el extinguido Seguro Social.

Hace más de 15 años, pasó de tarjeteros resaltados, con el nombre del trabajador, empresa y fechas, con los respectivos abonos de Ley, a una “Torre de Babel,” con múltiples modalidades  de archivo, cuando apenas la tecnología digital, tomaba vuelo en el país.

El enmarañado Instituto de Seguros Sociales dejó corrupción y desgreño. Al anunciarse la creación de Colpensiones y prolongarse su apertura, aparecieron ofertas a cambio de dinero, para agilizar trámites de pensión.

El desorden recibido por la nueva administradora mostró que el sistema contable, correspondiente a captación legal de recursos, hace más de una década, fue blanco de asaltos. Hubo denuncias e investigaciones que se diluyeron con el tiempo por distintas razones.

Colpensiones intenta saltar de la telaraña recibida a un amplio escenario moderno en atención pública, al que acuden miles de personas amparadas por el Derecho Ciudadano.

Afloran muchas historias angustiadas. Un solicitante a quien se le confirmó  reconocimiento de pensión, pasó de la alegría a la frustración, al encontrar que le tumbaron 15 años de servicios, a una reconocida empresa privada.

Hasta a octubre, la nueva entidad había resuelto más de 700 reclamaciones. Los pagos de 1 millón 650 mil pensiones, asumidas por Colpensiones, por fortuna, continúan con estricto cumplimiento.

Ejecutivos del nuevo establecimiento, califican al liquidado Seguro Social, como “La Represa”. Es un recipiente desordenado de documentos registrados en equipos desuetos en computación. Se tiene que acelerar la remoción de esos escombros.            

Ahora que se anticipa que habrá equidad en pensiones, el comienzo esperado, debe incluir reajuste anual en porcentaje similar, al alza del salario mínimo legal.