JUAN ÁLVARO CASTELLANOS | El Nuevo Siglo
Jueves, 24 de Enero de 2013

Producir aquí                                                

 

Dos  observaciones alentadoras enviadas a esta columna alimentan desde la pequeña y mediana industria, de Bucaramanga y Bogotá respectivamente, propuestas tendientes a insistir en un verdadero proyecto que despierte industria nacional, no solo en ciudades principales, sino en las denominadas intermedias.

Agremiaciones de las Pymes, en las mencionadas ciudades, dicen que a propósito del debate por la imitación de productos colombianos por parte de manufactureros de China, Taiwan y Corea,            “este sector ha reclamado hace décadas, la concertación de un Plan Indicativo de Producción, que no excluye inversión y tecnología extranjera.” Agregan que la iniciativa es vía rápida, para canalizar recursos obtenidos de las regalías en varias regiones, y acelerar así capacidad instalada, propia para pequeña y mediana industria.

La segunda, de industriales del calzado en Bucaramanga, subraya que a tono con la globalización, “quedan atrás, los criterios de prohibición a mercancías elaboradas por asiáticos o de otros continentes y, se recibe mejor,  propuestas para que aporten capital y maquinaria, puntos clave en generación de empleo y formación de empresas, en clima claro de negocios”. Observaciones válidas, si se tiene en cuenta que globalización no es solo comercio, sino producción industrial de dos o tres países, sin fronteras prohibitivas.

Dos ópticas importantes para llegar a un objetivo inaplazable, en este momento en Colombia, tras la baja en la producción de 26 de 48 subsectores industriales y ventas de solo 1,2 por ciento a agosto del pasado año, mientras en 2011, fueron superiores al 9 por ciento.

No se excluyen los tratados de libre comercio. Al contrario, los dirige hacia productos y materias primas de indispensable importación, además de maquinaria con tecnología de punta.

El interés por despertar industria, no significa un golpe a lo elaborado en el exterior, con ventas importantes en el comercio nacional, que de paso,  acogió a marcas extranjeras y  almacenes de cadenas internacionales, de buen recibo entre consumidores locales.

Ahora que se encuentra en Colombia uno de los más importantes  gestores de industria automotriz de Japón, interesado en abrir el mercado de automotores eléctricos, es oportunidad para proponer ese ensamblaje en el país y cubrir los mercados latinoamericanos, como lo han hecho  durante años, Colmotores, Sofasa y C.C.A.

Pese a la débil infraestructura vial  y demás, en todas las zonas se puede revivir industria nacional, con agro-industria, algo dicho miles de veces.       

Producir aquí es crear una plataforma de negocios con capitales y tecnología de socios extranjeros, con mano de obra nacional, sin apartarse de la economía mundial.