JUAN ÁLVARO CASTELLANOS | El Nuevo Siglo
Jueves, 14 de Noviembre de 2013

Rayas del Tigre

 

La identidad del país concita el interés general cuando Colombia hace presencia en escenarios deportivos, culturales y sociales de distinto orden en el exterior. Es el único motivo que despierta unión y suma deseos de triunfo para quienes llevan esa representación. Los detalles y la semblanza de las personas acreditadas, juegan papel preponderante, siempre bajo el principio de que quienes compitan, lo hagan de manera decorosa en su desempeño. Por eso no es trivial para la ciudadanía ocuparse del nuevo uniforme de la Selección Colombia  en el Mundial de Brasil, tema de debate en algunos sectores sociales. 

La indumentaria con colores y distintivos, como bandera y escudo, ha variado en diversas ocasiones. En el ciclismo, el tricolor hizo tradición con su franja horizontal al pecho, siempre sobre color blanco. Algo similar siguió en  atletismo, aunque en ocasiones, es sobre color azul.

En fútbol se han modificado desde finales de la década de los años 40. El tricolor se destaca con franjas o vivos en las mangas; los fondos han sido  azul, blanco, naranja, rojo y recientemente amarillo, como es bien conocido. El país completa 15 días bajo lluvia de críticas al diseño presentado con excesiva apetencia publicitaria, lo cual no es censurable, toda vez que el fútbol es componente de consumo en la economía mundial.

El cambio se requería para diferenciarlo de Ecuador, que ha tenido distribución de colores, similar a Colombia. Sin embargo el diseñador de Adidas hizo lo contrario. Intensificó el azul, que de lejos parece negro, y recurrió a la franja transversal en el pecho, como la  camiseta ecuatoriana.

Diseñadores nacionales observan que el amarillo pálido de la camiseta, no combina  con el blanco de la pantaloneta, y menos con medias de franjas blancas, azules y rojas. Y es rebuscado el argumento de la  Federación de Futbol, al explicar que el blanco y las líneas circulares, es para hacer homenaje a la paz y al sombrero vueltiao. Lo único destacable es la confección con materiales que permiten vestir la camiseta con suavidad en todos los climas.  Como deporte colectivo que exige diferenciar uniformes, para facilidad visual de espectadores, jugadores y árbitros,  además de televidentes, la otra cara del consumo.

El diseñador agregó rayas diagonales a la camiseta. Olvidó que esas líneas,  aunque separadas, cansan la vista a todo observador. Hay tiempo de hacerle cambios antes de registrarlo en la FIFA.

La Federación como empresa, con certeza, tenía afán de resultados contables. Si bien las rayas no son las del Tigre Falcao- sí son las del Tigre del negocio.