JUAN DIEGO BECERRA | El Nuevo Siglo
Domingo, 1 de Junio de 2014

Carta abierta antes de elecciones

 

Nuestra  sociedad actual está fundamentada en un sistema complejo de creencias que cada cual toma a su antojo y las convierte en un sistema de valores morales y éticos. Podría yo decir, por ejemplo, que soy un maestro Jedi, que entreno en pos del control de la fuerza y que quiero ser como el Maestro Yoda cuando alcance un par de décadas más. Y aunque podría soportar varias burlas, y quizá mi atuendo sería recibido extrañamente en las reuniones sociales, tengo el derecho a hacerlo, porque sí, simplemente porque yo quiero.

Y parto desde allí porque en las últimas semanas en este país se nos olvidó que tenemos el derecho a pensar como nos dé la regalada gana. Y lo que yo crea que es la verdad es tan respetable como cualquier verdad que tenga otro colombiano. Y merezco respeto por pensarlo, porque para mí es una verdad aunque todo el resto del país piense diferente, porque para eso es una democracia, para creer y pensar como nos antoje. Y si alguien votó por cualquier candidato o por el voto en blanco o no votó, esa decisión es tan respetable como cualquiera otra.

Por eso es increíble que en esta segunda etapa de las elecciones, nuestra democracia se haya convertido en una sarta de sandeces entre antiuribistas y antisantistas. Y digo sandeces porque ahora ya no es una discusión de ideas entre dos candidatos, sino entre aquellos que votaron por uno u otro. Y que el que votó por Santos es guerrillero, y el que votó por Zuluaga paramilitar; y el que quiere respaldar al uribismo un cómplice de la corrupción, y al que quiere pararse al lado de la Unidad Nacional, un vende patrias castrochavista.

Digo sandeces porque se dejaron meter en el cuento, porque es entre los colombianos donde deberían estar los argumentos, en la decisión del apoyo a un candidato, no en el candidato mismo. Y la decisión de votar es de cada uno, y cada uno decide si quiere contarle al resto por quien va a votar, y debe por eso ser respetado, porque sí, porque no es más inteligente el que vota por uno o por otro, o el que no vota.

Señor votante, no caiga en la trampa. Ojala que aquel que gane haga lo mejor por el país, y si usted votó por el otro candidato tendrá la potestad moral de hacer un mayor control ciudadano. Pero por favor no pretenda decir que su razón es la única que tiene validez. Recuerde usted que la última vez que eso pasó en este país, muchos muertos terminaron en los ríos por cuenta de la violencia partidista.

@juandbecerra