JUAN DIEGO BECERRA | El Nuevo Siglo
Domingo, 16 de Diciembre de 2012

Carta al Niño Dios

 

Ya que estamos en Navidad podríamos aprovechar este pequeño espacio para extender una solicitud al niño Dios, de esas que escriben los niños inocentes, de esas que recogen aquello que  quisiéramos recibir la Nochebuena. Sin embargo, considerando que estas palabras no deberían ser demasiado egoístas, podría simplemente hacer una solicitud general, que cobije a cualquier persona que viva en la capital de la República.

De hecho sólo pediría que el Alcalde y su equipo logren trabajar coherentemente, que no emitan comunicados parciales que inmediatamente después son desmentidos por otra unidad, que tuviesen un único plan de ruta, como si fueran una única administración.

Esta semana nos sorprendieron con un pico y placa que nadie entendió cómo terminó. Tuvimos varias versiones de la medida, transmitidas a los cuatro vientos, como si cada una de ellas fuera verdad. Pero no lo fueron. Cada versión dejaba más interrogantes, la definitiva no concordó con nada de lo anunciado inicialmente, se habló de unos estudios que como suele suceder últimamente, nadie conoció. Y los bogotanos tenemos que decir que bueno, que está bien, como con las basuras, como con el Transmilenio hasta el aeropuerto, como con el tranvía que parece haber desaparecido del discurso.

Digo que no es egoísta porque al final, este pedido sería bueno para la ciudad, sin perjuicio de los que  quieren o no al Alcalde actual. De los petristas o los antipetristas.

Tener claridad sobre lo que quiere un gobernante, sea de las simpatías de alguien o no, al menos permite saber cuáles son los pasos siguientes, las estrategias que deberían venir, las propuestas para competir con él en el juego electoral. Pero la actual administración aturde incluso a sus seguidores, sorprende a quienes la siguen y la apoyan, y definitivamente no decepciona a aquellos que esperan errores para atacar y desprestigiar al Alcalde.

He escuchado que gran parte de las dificultades de comunicación de la administración actual recae en las diferencias de Petro con los medios tradicionales que dominan a la opinión pública. Quizá sea verdad que estas diferencias existen, pero también es cierto que el Alcalde ha permitido que sobre él y su equipo de trabajo se posen innumerables dudas, que con su estilo termine fomentando la confrontación en lugar de la unidad que necesitaba su gobierno, que sus obras terminen en un segundo plano frente a él y su afán de protagonismo.

@juandbecerra