JUAN DIEGO BECERRA | El Nuevo Siglo
Domingo, 11 de Agosto de 2013

Demostraciones de poder

 

Lo  que viene presentándose en La Habana no es más que el resultado de una limitada capacidad de acción de las Farc, de una tribuna abierta y a la expectativa de los avances del proceso, de una sociedad paranoica con todo lo que suene a guerrilla. Creo que la verdad dista mucho de la posición dominante que pretende demostrar el grupo guerrillero, que los arrodillados no son los enviados del Gobierno y que el final de la historia guerrillera está más cerca de lo que se plantea, ya sea por el acuerdo o por la acción de la Fuerzas Militares.

La guerrilla ha mostrado ser obtusa para entender las oportunidades que se han abierto en varias ocasiones. El Gobierno muchas veces ha mostrado demasiada flexibilidad como para repetir la historia una vez más. Pero es claro que ni las Farc ni el Gobierno van a permitir que en el caso de una refrendación popular de los acuerdos alcanzados, los resultados caigan por el peso de la opinión del constituyente primario, primero porque quitaría toda legitimidad popular al grupo insurgente y segundo, sería para el Gobierno un baldado de agua fría pensando en la reelección.

El acuerdo en el fondo tiene que estar casi cocinado y lo mejor para las partes es hacer demostraciones de poder que justifiquen los encuentros en La Habana. Las Farc no quieren parecer vencidas y el Gobierno quiere parecer magnánimo. Quizá esa puede ser la mejor opción para dar por terminado este largo conflicto, incluyendo algunos puntos que sin lugar a dudas hacen parte de un largo listado de pendientes que ha tenido el “establecimiento” con muchos habitantes del pueblo colombiano.

Por eso en este momento prefiero no escuchar las peticiones fantásticas que vienen haciéndose desde Cuba por parte de los delegados de las Farc. Nadie podría aceptar cambiar medio sistema institucional para dar cabida a unos miles de personas por encima de 46 millones de colombianos. Lo que parecen ser al final son un grupo de pataletas de ahogado que es preferible no responder desde la contraparte, para que se enfríen los miedos en la población cuando salgan los resultados finales.

Quizá hablo con la esperanza más que desde los hechos, pero es la única lectura que en este momento puedo hacer para pretender entender lo que viene pasando en La Habana. Ojalá no me equivoque. Sigo pensando que la paz es el mejor camino que puede venir para este país, más allá de las dificultades que puedan presentarse.

@juandbecerra