JUAN DIEGO BECERRA PLATÍN | El Nuevo Siglo
Domingo, 29 de Junio de 2014

Nuevas realidades

 

Una  vez han amainado los vientos políticos derivados de las elecciones presidenciales es posible tratar de entender el nuevo panorama político de nuestro país.

Muchos lentejos en busca de burocracia, un ideal conservador recogido desde afuera del conservatismo y un liberalismo que ad portas de una eventual unificación es el gran ganador de los comicios. Un panorama nuevo, pero con los mismos elementos. Entonces vamos por partes.

Los lentejos son los mismos, aquellos que se llamaban a sí mismos la fuerza que decide. Una forma de conservatismo orientada a conservarse exclusivamente a sí mismos. Esos que son uribistas un día, santistas el otro y casualmente recuerdan a Laureano Gómez para parecer conservadores. Son muchos, de esos que de verdad entendieron los reditos de vender sus votos.

Y en contraposición llegó un conservatismo uribista disfrazado de capataz de finca, marrullero y peleador. Con un apoyo aún a toda prueba por cuenta de esa añoranza de disciplina que tenemos los colombianos, se llevó a muchos liberales y conservadores a nuevas toldas que habrán de dar la pelea en contra del castro-chavismo que se les aparece hasta en la sopa.

Por el otro lado los liberales que se dieron cuenta de que no eran sólo rojos, que se llevaron las banderas de la paz y se unieron por cuenta del uribista que todos tenemos dentro. Y hoy tenemos un país liberal que vota por quien le compra el voto, antes teníamos un país conservador que votaba por liberales. Y aparecieron líderes y parece haber recambio generacional y parece reinventarse bajo la variopintez de sus expresiones electorales.

Capítulo aparte merece la izquierda que se rompe aún más por cuenta de los egos de siempre.

En la oportunidad histórica que abrió la reelección refundida algunos prefirieron un radicalismo obtuso, cuando por fin tuvieron la ocasión de decirle al país que existen más allá del sectarismo. Y serán los que abrieron los ojos los que recojan una izquierda propositiva, aunque aún sean Clara y Aída las caras reformistas de la izquierda.

@juandbecerra