JUAN FELIPE REYES | El Nuevo Siglo
Jueves, 10 de Enero de 2013

Política aerocomercial

 

En  el 2012 dos hechos legales  le dieron un giro a nuestra política aerocomercial. El primero de ellos liberalizó totalmente el régimen tarifario en Colombia  y el segundo liberalizó los cupos máximos de aerolíneas que pueden operar en las rutas nacionales.

El efecto del primero es que las aerolíneas puedan fijar libremente las tarifas de los tiquetes aéreos nacionales e internacionales sin que exista un mínimo o máximo aplicable.

El efecto del segundo es más interesante aún, por ejemplo, en una ruta Bogotá -Cartagena-Bogotá (en la que solo se permitían 6 aerolíneas), ahora puede ser ilimitado el número de compañías que operen tanto en  ésta como en todas las demás rutas nacionales. Se espera  que en el 2013 nuevas aerolíneas ingresen al mercado doméstico.

Muy importantes avances. Dichos cambios desregularizan dos componentes básicos del  transporte aéreo: precio y acceso, alineándonos  (al menos en el papel) con las tendencias mundiales en materia de transporte aéreo.

De otra parte, tenemos Cuarenta Acuerdos de Transporte Aéreo suscritos con diferentes países. Entre ellos Singapur, Qatar, Emiratos Árabes o Turquía. Esto nos alinean aún más, no solo con las tendencias globales sino  también con las directrices trazadas por el Gobierno nacional en el Plan de Desarrollo 2010 -2014.

Están dadas las condiciones legales y políticas para que el Gobierno colombiano alcance objetivos tales como la competitividad, la integración, la inversión y un mejor posicionamiento de Colombia a escala mundial. Objetivos que sin duda el transporte aéreo ha sido históricamente un medio ideal para conseguirlos.

Decía Bill Gates:“Los hermanos Wright crearon la única fuerza cultural desde la invención de la escritura. El avión se convirtió en la primera web del mundo, trayendo a la gente lenguajes, ideas y valores al mismo tiempo”.

Tenía razón. El transporte aéreo trae todo eso y mucho más. Por eso es  importante que exista la infraestructura adecuada para soportarlo. No sacamos nada con una política aerocomercial liberal y unos buenos acuerdos de transporte aéreo si, en la realidad, no podemos hacer nada más allá del papel para atraer a Colombia los servicios aéreos correspondientes o para que existan ilimitado número de aerolíneas operando en las rutas domésticas o que las aerolíneas que operan modelos de “bajo costo” lo hagan desde un aeropuerto no principal (característica principal de dichos modelos de aerolíneas).

Hay que pensar en atraer. Hacer realidad lo que está en el papel.

juanfelipereyes@hotmail.com