Frente al creciente fenómeno de la agresión venezolana a Colombia sugerimos, nuevamente, invocar el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) de 1947, Tratado de Río, pacto de defensa mutua, cuyo art. 3.1 señala que “en caso de un ataque armado por cualquier Estado contra un Estado Americano, será considerado como un ataque contra todos los Estados Americanos, y en consecuencia, cada una de las partes contratantes se compromete a ayudar a hacer frente al ataque en ejercicio del derecho inmanente de legítima defensa individual o colectiva que reconoce el art. lo 51 de la Carta de las Naciones Unidas”.
Con el mecanismo ONU estamos perdidos, pues cualquier decisión en tal sentido debe ser adoptada por el Consejo de Seguridad en pleno y resulta que el sátrapa se ha convertido en el “nuevo primer mejor amigo” de los dictadores de Rusia y China, quienes ejercerán su poder de veto y así USA, Francia y Reino Unido nada podrán hacer. Pero podemos estrujar un poco el TIAR para demostrar que aquellas potencias son el acicate, el motor detrás del accionar del gobierno de Caracas que nos ataca, que patrocina todas las formas de lucha incluyendo protección de terroristas en ese país para derrocar al presidente Duque, y como no lo ha logrado políticamente, ahora lo quiere tumbar apuntando a su helicóptero y seguirán con su avión, porque la sentencia a muerte ya está dada por este criminal Stalin Style.
El solo apellido del ocañero es un acertijo: Maduro (Muerte A Duque y Uribe - Revolución Orgánica). Nuestra Cancillería debería intentar algún mecanismo jurídico internacional en simultáneo con la denuncia puesta en la CPI, que seguramente dentro de 50 años tendrá que juzgarlo como responsable de cometer graves crímenes contra la humanidad, genocida al interior de su país y exportador de su revolución al vecindario. Con buenas acciones, como legalizar por vía exprés a dos millones de extranjeros, muchos de los cuales son quintacolumnistas del régimen y otros redomados criminales que vienen a hacer de las suyas a Colombia, ya que en su país no pueden trabajar, vamos perdiendo la partida.
Iván Duque se ha alinderado política e ideológicamente en el “extremo centro”, que es la misma corriente del Hermano Francisco quien, en tal virtud, no se atreve a señalar al tirano, aunque aquél sí lo condena de palabra y pensamiento, mas no de obra porque, fiel a su talante, cuando lo atacan por tierra, mar y aire, le destruyen el mobiliario urbano y le golpean la cara, opta por poner la otra mejilla y con franciscana humildad puso su hombro de último para vacunarse. Hay que mirar bien “el justo medio” aristotélico-tomista, pues si la idea es dar a cada cual su merecido, el sátrapa de marras merece ser depuesto y llevado a los tribunales internacionales de la justicia, y hay que repasar el Jus ad Bellum -derecho sobre el empleo de la fuerza- en legítima defensa.
Post-it. A estas alturas del partido, si el extremo centro no Rueda, hay que poner a calentar la centro derecha, antes de colgar los guayos. ¿Cuándo saltará a la cancha Rafael Nieto?