El efecto Francisco sigue vivo entre los colombianos. Paradójicamente, los únicos que parecen no darse cuenta son los candidatos presidenciales.
En las homilía están las claves para un programa presidencial y hasta el modelo comunicacional que se necesita para convencer.
También se encuentran las respuestas a infinidad de inquietudes.
¿Cómo logró convocar en torno suyo las mayores movilizaciones masivas y pacíficas en la historia reciente de Colombia? ¿Qué caracteriza su modelo comunicacional? ¿Cómo lo hace? ¿Cuáles son las características de su personalidad? ¿A quién escucha? ¿Quién lo aconseja? ¿Qué lo hace empático, así confronte? ¿Cómo contagia? ¿Cual es su lenguaje gestual? ¿Cuál su lenguaje simbólico? ¿Cómo resiste su cuerpo el ritmo físico? Y lo más importante, traza una ruta segura para lograr la anhelada reconciliación entre los colombianos, diferente a un proceso de paz político. Hay material para varios estudios.
¿Quién es Francisco?
Es un hombre unificado. Deja a Jesús ser en él. Por eso parece, a veces, un revolucionario escapado de las páginas del Evangelio. Camina por el mundo de paso, vaciado de si mismo y con cierto dejo de abandono y audacia, porque sabe que la responsabilidad de la cruz, la lleva Otro. Él es sólo un cirineo. Por eso vive y se vive en libertad, sin equipaje, sin temor a su vulnerabilidad terrenal. Siempre listo para partir.
Es terrenal. Para algunos "demasiado terrenal"
Camina, encuentra, se acerca, habla, toca, ríe, llora, se avergüenza, pide perdón. Sólo se detiene, temporalmente, cuando después de tocar la carne del hermano herido "deja que el sufrimiento lo abofeteé y lo inmovilice"
Así invitó a los sacerdotes a apropiarse de "los verbos que Dios conjuga en su divina misión":
"Salir para encontrar, sin pasar de largo; reclinarse sin desidia; tocar sin miedo. Se trata de que se metan día a día en el trabajo de campo...Es necesario dirigirse al hombre en su situación concreta; de él no podemos apartar la mirada. La misión se realiza siempre cuerpo a cuerpo".
¿Cuál es entonces, el punto de partida de su peregrinación por las periferias del mundo? "Colocar en el centro de toda acción política, social y económica a la persona humana, su altísima dignidad y el respeto por el bien común".
¿Dónde posa la mirada para iniciar su proselitismo? En los pobres, los excluidos, las mujeres, las victimas...
¿Cómo lo hace? Sin discursos. Escuchándolos "desde el corazón".
"Escuchen a los pobres, a los que sufren. Mírenlos a los ojos y déjense interrogar en todo momento por sus rostros surcados de dolor y sus manos suplicantes. En ellos se aprenden verdaderas lecciones de vida y de humanidad, de dignidad".
Y ¿después de escuchar?
"Los invito a no tener miedo de tocar la carne herida de la propia historia y de la historia de su gente. Háganlo con humildad, sin la vana pretensión del protagonismo, y con el corazón indiviso, libre de compromisos o servilismos. Sólo Dios es Señor..."
La estrategia para salir en misión es igual para sacerdotes y candidatos:
"El santo pueblo fiel de Dios en América Latina no entiende otro lenguaje sobre Él. Estamos invitados a salir en misión, no con conceptos fríos que se contentan con lo posible, sino con imágenes que continuamente multiplican y despliegan sus fuerzas en el corazón del hombre, transformándolo en grano sembrado en tierra buena..."