A solo 40 días de alcanzar los dos años de su mandato, se derrumba el “blando” escaparate al presidente Petro. La mitad del gabinete cae a pedazos, su amanuense más cercana entra en pánico por denuncias sobre negociados de su familia, la nueva titular de justicia ignora aquello de la constituyente, la Primera Dama denuncia “fuego amigo” atacándola a ella y a la familia presidencial.

Por todas partes aparecen fisuras, errores y disparates que aumentan las críticas a un gobierno que polariza y divide a marchas forzadas a la opinión pública, al tiempo y que fustiga a la prensa y a los sectores que creyeron en una izquierda que ha fracasado en la mayoría de las naciones.

La nueva ministra de justicia Ángela María Buitrago, quien inexplicablemente desapareció de la terna para Fiscal, regresa con el ánimo de reformar la maltrecha justicia, aprovechando su experiencia e idoneidad que respaldan los largos años de magistral cátedra en el Externado. Ella puede ser pilar fundamental para controlar la corrupción y la contratación de este cuatrienio.

Llega también al gabinete Juan Fernando Cristo, como ministro del Interior. Gran profesional e íntegro funcionario público, que puede enderezar el entendimiento que Petro tiene sobre las reformas, sin tener que acudir a reformas que solo buscan demostrar fortalezas electorales inexistentes. Es de esperar que tanto él, como Velasco, Ocampo, Cecilia, Gaviria, Leyva y para dónde van Murillo y otros, no sea lanzado al pabellón de los quemados.

De todas partes le llueven repudios al Petro que ganó electoralmente el poder al ingeniero Hernández, y que muchos creyeron podría realizar el anunciado “cambio”. Se llegó a considerar que toda su predicación de honestidad y anticorrupción que pregonaba durante los esos largos debates en el congreso, serían garantía para alcanzar un nuevo país. Pero, hasta la fecha, nada se nada. La cosa va mal… muy mal, o peor que lo ocurrido con su alcaldía.

Le llueven críticas, reparos, amonestación de todos los sectores porque los yerros y confusiones tienen a propios y foráneos atolondrados. Sale del país a buscar liderazgos sobre una paz total que no tiene rumbo asegurado, ofreciendo respaldos a guerras en las que no tenemos arte ni parte, más si sometimiento a los “putines” que azotan a la humanidad. Trata de llevarnos a la ruina prohibiendo exportaciones, utilización y exploración de hidrocarburos, importación de gas venezolano para favorecer a Maduro.

La de última hora ha sido su paseo por calles panameñas tomado de la mano de quien desfiló el día anterior en la marcha del orgullo, hecho que seguramente maltrató a su íntima familia.

Difícil encontrar algo edificante en su actuar como mandatario de una nación que perplejamente espera alguna buena intervención, actuar o decisión de un mandatario que apenas cumplirá dos años dentro de 40 días.

BLANCO: Colombia se ganó a Brasil. Fútbol impecable y la maestría de James impactaron la Copa América.

NEGRO: La furia contra los periodistas y medios de comunicación de Petro. Va ahora por la Flip.