La gobernabilidad y la paz | El Nuevo Siglo
Sábado, 17 de Agosto de 2019

"El presidente Duque debe asumir el control"

 

Se ha cumplido el primer aniversario del gobierno del presidente Iván Duque y al parecer de muchos de sus críticos el Mandatario no ha podido domar el potro del poder y hacerse a las riendas de su administración. Lo más grave para algunos de ellos es que no ha sabido identificar y neutralizar las causas de muchos de esos problemas.

De todas maneras se muestra muy bisoño en el ejercicio de la magistratura, debido en gran parte a la falta de experiencia en el trajín político y a una muy evidente ingenuidad al momento de encarar las soluciones. Pero, por otra parte, también es muy evidente la responsabilidad de los partidos que forman la coalición de gobierno -el Centro Democrático y La U- que están más atentos a la rapiña burocrática y a las directrices del expresidente Álvaro Uribe Vélez. Y adolecen de verdaderos planes y programas que facilitarían la compleja tarea.

Además el Presidente ha sido víctima de sus propias declaraciones y trinos, comenzando por aquello de que en su gobierno no habría "mermelada" y, por esta razón, muchos de sus copartidarios lo han dejado abandonado. Si es cierto que la política es dinámica, esa característica se la imprimen las buenas y armoniosas relaciones del gobernante con sus congresistas y coequiperos. Y lo más grave: el verdadero poder parece detentarlo el "presidente eterno".

Por todo esto si vamos a establecer un balance de logros este resulta bastante lánguido. Especialmente en lo relacionado con los mandatos y directrices de los llamados Acuerdos de La Habana. Si bien es cierto que un gran porcentaje de los guerrilleros de las Farc se ha desmovilizado, muchos de los que se negaron a ello han  copado los territorios que anteriormente los insurgentes utilizaban, Y lo más grave es que los entendidos acusan al Gobierno de no complementar debidamente con medidas oficiales, como crédito, vías y asistencia técnica, las necesidades de esos desmovilizados. A eso se agrega que los que permanecen en rebelión y han buscado protección en la vecina Venezuela la han obtenido sin recato de parte del dictador Maduro.

¿Porque el presidente Duque no ha podido convocar y concitar la voluntad nacional para consolidar, como es debido, el proceso de paz? La respuesta bien podría estar en su desconocimiento de los vericuetos del alma política nacional y de las mañas de los politiqueros al momento de reclamar sus prebendas y canonjías. Así las cosas no pocos piensan que Duque no ha sido el hombre requerido para las circunstancias.

Para entender mejor esta situación tendríamos que remontarnos a la forma en que su nombre fue escogido para dirigir los destinos nacionales.

Hay que recordar que formó parte de una baraja de presidenciables no muy presidenciables, que obedecía más "a lo que da la tierra" que a los méritos y conocimientos que exige el solio de Bolívar. Lo grave es que esta ruleta de la fortuna política parece que seguirá siendo la pauta para buscar el sucesor del actual inquilino de la Casa de Nariño.

A todas estas ¿qué estará pensando y qué papel jugará el Partido Conservador? El más triste de todos. Ser un simple convidado de piedra. Dejó de ser un apéndice del Partido Liberal durante el Frente Nacional para hoy no ser tenido en cuenta para nada distinto que hacer las genuflexiones de rigor. Al liberalismo parece irle un poquito mejor ya que, por lo menos, tiene un jefe cuya única preocupación será que su hijo Simón sea escogido en su momento para perpetuar la dinastía pereirana.