La Raya Negra, vieja enemiga de la Marquesita de Sierpe, ejerce la venganza contra sus herederos. Los tiene sometidos a la inclemencia destructora de las aguas del Cauca tormentoso. Con sigilo, la Raya Negra vertió sus ácidos hasta hacer invisibles las letras del Pergamino Azul donde está escrita la fórmula mágica que amansa las aguas de los ríos y fertiliza las tierras de la Mojana legendaria.

Para mayor pesar se fabula en la zona sobre una falsa hada madrina que escondió bajo su escaño de egoísmo “la Santa Tabla”, “un listón de cedro que hace milagros”, a la que le rezaban las gentes con el agua al cuello, pidiéndole que les enseñara a nadar por los caños podridos de los gobiernos ineptos. Ya antes el brujo mayor alteró la primera página del pergamino y trocó por muros de concreto las esclusas modernas que evitaban las inundaciones del invierno y las sequías del verano. En su ignorancia andina no entendió que las reses y los sembradíos, la pequeña riqueza de los mojaneros, no se salvaban con muros de cemento. Tampoco los construyó. El brujo mayor siempre fue indiferente a los avatares del hombre ribereño.

La gran paradoja es que el Pergamino Azul, escrito por 16 sabios que conocen todos los secretos de los ríos, permanece abierto en un anaquel antiguo del ignoto Fondo de Adaptación. Solo lo pueden leer los “dueños del poder contrario”, quienes deshacen con sus redes de tesón, trabajo, patriotismo y sudor, los maleficios de la Raya Negra.

El presidente de la República aconsejó en un twitter el 7 de este mes que para cerrar Caraegato “había que dejar correr las aguas”. Es un buen consejo para emprender las obras estructurales de la solución definitiva (propuesta en el Pergamino Azul) a las inundaciones de La Mojana y su adaptación al cambio climático. Es la única manera de evitar que se abran más chorros. Ahora, no se necesitan sortilegios para cerrar los chorros. Se cerraron bien los de Santa Anita y Nuevo Mundo, abiertos en la ola invernal 2010/11. Memorias de baúl: el dique de Caraegato fue abierto por el Cauca el 27 de agosto de 2021. No se necesitan más pruebas de los poderes de la Raya Negra. Envió a la corrupción en la misma lancha de la ineptitud, la ignorancia y la improvisación. Cada nuevo mensajero del poder suelta una solución original, mientras los mojaneros se ven obligados a aplaudir. Es que tampoco han leído, o no han querido leer el Pergamino Azul.

El sumo sacerdote del reino debe pedir que los sabios de la tribu, quienes guardan en las vasijas de barro de la tierra toda la milenaria sabiduría de los Zenúes, le interpreten los fáciles enigmas del Pergamino Azul.

La corrupción

Los Partos le hicieron tragar oro líquido a Craso, cuando los vendieron en la batalla de Carras. Lo castigaron por su codicia. El hombre más rico de Roma solo guerreaba para llenar sus arcas. Desde antes y desde entonces la corrupción se ha extendido por los salones del poder. Se sostenía que era propia de los gobiernos dictatoriales. Pero, en América Latina ha venido permeando al sistema democrático y lo tiene herido de gravedad. Es cierto que la democracia sabe defenderse por sus propias virtudes, aunque éstas escasean ante la arremetida de la avaricia. ¿Cómo volver al entusiasmo colectivo que suscitaban los dirigentes que hacían de la probidad la enseña de sus vidas? ¿Cómo volver a las elecciones limpias y alegres que definían los triunfos y el poder?

No hay porque buscar la solución perfecta. Pero si hay que exigir ejemplo a los detentadores del poder a todos los niveles.

La democracia colombiana se ha sustentado en un pueblo libre, que no acepta dueños ni que lo amenacen desde el poder. Lo que espera la ciudadanía es que se gobierne, se trabaje, que se les dé respuesta a sus anhelos, a sus necesidades. Los gobernantes que más hablan son los que menos hacen. Hay un discurso falso desde el poder. Se anuncia un golpe que nadie intenta ni ha intentado. Y que rechaza con énfasis desde la democracia. El pueblo ya habló. El actual presidente debe gobernarnos hasta el 7 de agosto/2026. Ni un minuto menos, ni un minuto más.

Ganar

Felipe Zuleta ha propuesto la creación del Grupo Alianza Nacional Republicano, Ganar. “No sería un partido político sino un movimiento cívico que permita una conversación civilizada y democrática”. Buena idea. Los marchantes del 21 de abril necesitan un espacio muy abierto a las ideas. El liderazgo colectivo que se evidenció ese día hay que organizarlo para que sea eficaz. La democracia misma está exigiendo renovación y amplios ambientes de deliberación. El populismo perturbador y demagógico exige una respuesta popular.

Encontrar esa respuesta, creadora de esperanzas, es la gran tarea de la política. Ganar, es una palabra – meta que entusiasma.