Acabamos de ser sometidos al avistamiento -gratuito- del surgimiento de un novedoso emprendimiento por parte de una Representante a la Cámara. Consiste en la exposición de un fenómeno sideral conocido como Aurora Boreal (combinación de Aurora, diosa romana del amanecer y la palabra griega Bóreas, norte) y que se materializa cuando el viento solar hace presión contra la magnetosfera (zona del espacio controlada por el campo magnético de la tierra) y empuja las partículas cargadas (los electrones) hacia la atmósfera a altas velocidades. Se caracteriza por formas de luminiscencia noctámbula y se perciben ondas, rizos, bandas y rayos de luz que tiemblan, brincan -cual estrella espiral Alcocer- en el espacio, y salen corriendo.
Pero, gracias al invento de la Representante, para percibir mejor el fenómeno no necesariamente tenemos que viajar al Polo Norte o cerca de los fiordos noruegos, pues sería muy costoso: solamente con meterse un cachito de marihuana -Cannabis Sativa- se pueden observar esos fenómenos siderales con solo mirar para adentro y al instante se pasa por la órbita geoestacionaria -donde habita una alienígena de nombre Irene- y se pueden vislumbrar los más fantásticos arreboles con colores extravagantes y espectaculares que inundan todo el sistema nervioso y las personas que la consumen con ansiedad pueden experimentar una psicosis aguda, que incluye alucinaciones, delirio y pérdida del sentido de identidad personal.
Así “traba”ja la representante del pueblo en el Congreso de la República, con exhibición mediática, como dirigiéndose a la juventud de este país para enseñarle que con una humeante dosis diaria se puede llegar a ese nivel de “sabrosura” en las cumbres de la administración pública, volando de rama en rama, ejecutiva, judicial, yendo a parar en la rama legislativa, donde toca “inspirarse” para fabricar las leyes y alinear a la gente. Perverso ejemplo para nuestra juventud que con todo lo que está pasando pensará que, con ser revoltoso, vándalo de primera línea, terrorista y narcotraficante se obtiene pasaporte fácil para regresar a la libertad en completa impunidad y, si por caso tu nombre corre la suerte de quedar metido dentro de una lista cerrada, puedes llegar a legislar – “todo legal”- para el resto de los mortales.
Y ya vamos legalizando -de “un pase”- la droga en todos sus frentes a lo largo del proceso desde el cultivo hasta llegar al consumidor y nos acercamos a las 300 mil hectáreas sembradas de hoja de coca, con 0 erradicación y 0 aspersión con glifosato, como para “hacerle fieros” al coloso del norte, USA, que debe estar perplejo con el advenimiento de este curioso modelo de desarrollo sacado de la caverna de la Colombia profunda.
Post-it. La primera “crisis ministerial” de este cuatrienio tiene varias Arizas (perdón, aristas): la primera, constituye un atentado contra la libre expresión del pensamiento diverso, en el caso del exMinistro de Salud, Alejandro Gaviria quien, conocedor del tema, manifestó sus reservas frente al proyecto de la apretujada Reforma tipo Corcho, seguramente pensando en la salud de la nación; la segunda, constituye una falta de respeto frente a las ministras de Cultura y Deporte -apenas en etapa de calistenia- y, la tercera, resulta una advertencia para quienes se atrevan a llevarle la contraria o para quienes no le caigan en gracia o -ciertamente- no aporten votos parlamentarios al autócrata.