Lo único a lo que le atinaron los turistas oficiales de El Plateado, próximamente “Polvoblanco, Cauca” fue en los disfraces. No solo fue perfecto que la fecha de lanzamiento de la “operación paseo” fuera octubre: mes de las brujas, Halloween, fiestas de disfraces, aquelarres, maleficios, incluso mi cumpleaños… sino porque no existe la menor duda de que fueron los únicos que se tomaron la fiesta de disfraces en El Plateado en serio. Para todos los demás, los habitantes de carne y hueso, las víctimas, esos que se alcanzan a ver, paradójicamente, en un tercero y cuarto plano cuasi desnudos, cadavéricos en las selfies de los risueños funcionarios públicos: la fiesta no existe… O mejor: la noche de terror, el viernes 13, Halloween, Jason y todas esas temáticas de terror que suelen inventarse por esta época son la realidad día y noche en El Plateado. Entonces no era el momento para retratarse, celebrar, disfrazarse… No era una fiesta. Solo realidad pura y dura...
Y, seguramente estarían muy felices de cambiarse el nombre a “Polvoblanco, Cauca”. Pues le caería como anillo al dedo … comercialmente sería un éxito. ¿Qué mejor cliente para hacerse a los cultivos de cocaína en ciernes que el mismo gobierno?
Y emulando a Petro Urrego en sus épocas de “sobresaliente congresista” … como se refiere su examigo Mario Mendoza, diría algo así en tono gaitanesco, como opositor, y a propósito de la compra de la coca:
“… ¿Acaso este hecho no convierte en un narco Estado al mismo Estado y por ende en narcotraficantes y viles asesinos a quienes se atrevieron a lanzar semejante propuesta a un pueblo empobrecido por los nazis?
¿Acaso este hecho no equivaldría a comprarle los muertos a los paramilitares para que la muerte y el paramilitarismo desaparezcan de una vez por todas de las bellas llanuras y montañas de Colombia?
¿Acaso la derecha piensa traer riqueza y prosperidad a tierras ancestrales en forma de billetes manchados con el blanco de la coca y el rojo de la sangre? Y si es así, ¿por qué de una vez por todas no nos ensuciamos hasta los tuétanos y compramos entonces el producto maldito de la minería ilegal, los cilindros y collares bomba, los tatucos y liberamos a todos los secuestrados previo el pago completo de extorsiones a cualquier grupo al margen de la ley? Y también ¿por qué no pagamos a los delincuentes para que no delincan más y así hacemos de Colombia un país en paz total? ...”
Seguramente eso diría si estuviera del otro lado, de ese que Mendoza dice que lo hacía muy bien, tal vez porque ahí no le tocaba hacer nada más que agitar las masas, como los nazis, dos o tres horas a la semana y el resto del tiempo lo tenía libre para desaparecerse como le gusta …
Su discurso en la COP 16 debe estar generando avalancha de propuestas a Netflix sobre la historia de un presidente de un país, en otra dimensión desconocida y que odiaba al mismo país que presidia: se estrenará el 7 de agosto de 2026…
Juanfelipereyes@hotmail.com