Todo comenzó con una llamada que recibí el pasado 26 de diciembre del año anterior de parte del Gobernador del Magdalena Carlos Caicedo informándome que estaban reunidos todos los gobernadores de los departamentos del Caribe y acababan de tomar, enhorabuena, la decisión de poner en marcha la Región administrativa y de planificación (RAP) del Caribe y que unánimemente me pedían que yo me pusiera al frente de dicho proceso.
No me dieron tiempo de pensarlo dos veces ni yo lo necesitaba para darles el sí, pues comprometidos como hemos estado por décadas en la lucha en pos de la descentralización y la autonomía regional no podía rehuir dicha responsabilidad encomendada. Tanto más en cuanto que a mediados del año 2020, junto con Elvia Mejía, quien me sucedió en la Coordinación del CORPES, les habíamos dirigido una Carta abierta a ellos exhortándolos a que lo hicieran. No podíamos, entonces, salir huyéndole al tigre después de muerto.
Aceptamos, entonces, asumir el reto, luego de que se formalizara mi vinculación el 1º de febrero por parte del Consejo regional de la RAP y desde entonces acometimos, con entusiasmo y decisión, esta ímproba tarea al ritmo 24/7, sin reparar en los obstáculos a superar, sobre todo las barreras propias del centralismo que agobia a las regiones, exacerbado por el presidencialismo a ultranza que se ha entronizado en Colombia, en donde el Presidente de la República es además el Jefe de Estado, Jefe de Gobierno y suprema autoridad administrativa.
Como lo afirmó el gran pensador paisa Luis López de Mesa, Colombia es un archipiélago de regiones, pero, como lo hemos advertido, lo peor que le puede pasar a las regiones es convertirse en un archipiélago de departamentos. Para poder superar la postergación y desdén de la cual son objeto es fundamental la integración regional y esta se constituye en uno de los principales objetivos de la RAP cumpliendo su rol de articulador. En este propósito hemos propiciado la aproximación y cooperación entre las cámaras de comercio, las corporaciones autónomas, las comisiones regionales de competitividad y las universidades de la región, amén de Telecaribe, nuestro canal, con los cuales hemos venido trabajando de la mano.
El paso más importante a dar fue la formulación del Plan estratégico regional (PER), en su versión preliminar, el cual es un requisito sine qua non para acceder al registro de la RAP y su reconocimiento legal por parte del Ministerio del Interior. Somos conscientes de que esta es una tarea de largo aliento, que debe comprometer todas las energías de toda la dirigencia política, social y gremial de la región para avanzar de prisa y sin pausa hasta cumplir con el mandato ciudadano del Voto Caribe que se concretó en los comicios de marzo de marzo de 2010, en donde quedó expresa la voluntad y la decisión del Caribe de constituirse en región como entidad territorial.
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