La región Pacífica, integrada por los departamentos del Valle, Nariño, Cauca y Chocó, acaba de dar un paso histórico. El pasado diciembre 12 se constituyó como Región Administrativa y de Planificación (RAP), figura ésta contemplada en la Constitución Política en su artículo 306 y en la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial (LOOT), Ley 1454 de 2011, artículo 17. Dicho sea de paso, esta región posee el 22% del territorio nacional, 17% de la población y 15% del PIB y junto con la región Caribe, acusa el mayor Índice de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) del país.
Han transcurrido 16 años desde que desaparecieron las regiones de Planificación, que fueron creados a través de la Ley 76 de 1985, después de 13 años de su funcionamiento. En la Constitución Política, artículo 286, se prevé que la Ley podrá darles el carácter de entidades territoriales a las regiones, lo que sólo le estaba reservado hasta 1991 a los municipios y departamentos. El paso previo para ellos es la RAP, por ello hemos sostenido que esta es la “escala técnica” para llegar a las regiones como entidades territoriales (RET).
Este paso se está dando después de 25 años de espera para darlo, pero, como dice el adagio popular, nunca es tarde cuando la dicha es buena. El vacío que quedo con la supresión de los Corpes y la larga espera para constituir las RAP le abrió el espacio a la re-centralización que se ha venido experimentando en el país, a contrapelo de lo dispuesto por la propia Constitución Nacional. Ha venido haciendo carrera la descentralización disfuncional, consistente en delegarle funciones y competencias a las entidades territoriales pero sin recursos, tal como ha sucedido con el no POS y el PAE.
A falta de los Corpes y de las RAP, las regiones han estado carentes de sus planes regionales de desarrollo, lo cual ha llevado al incumplimiento de lo dispuesto por la Constitución y la Ley Orgánica de Planeación, que prevén que el Plan Nacional de Desarrollo debe insertar los planes regionales de desarrollo. Por sustracción de materia se sigue pretermitiendo dicha normatividad.
Ahora, gracias a las RAP, las regiones, por fin, tendrán sus planes regionales de desarrollo, lo que permitirá que hacia el futuro los recursos del Sistema General de Regalías (SGR) se podrán enfocar y concentrar en los proyectos de mayor impacto regional, que son los que más contribuyen a ganar en competitividad, en lugar de seguir atomizándolos en proyectos de bajo impacto. Integrados y unidos en las RAPs las regiones tendrán una mayor capacidad de gestión e interlocución frente al Gobierno Nacional. Es la oportunidad para trabajar en procura de superar una de las principales falencias de las regiones, que tiene que ver con la necesidad de desarrollar capacidades para la estructuración de buenos proyectos, que les permita su viabilización y aprobación por parte de los OCADs para ser financiados con los recursos del SGR.
*Director ejecutivo de la Federación Nacional de Departamentos