La semana pasada recibí invitación del Dr. Germán Vargas Lleras para asistir, en la ciudad de Medellín, al lanzamiento y presentación del documento contentivo de propuestas sobre seguridad ciudadana, que se constituirá en faro y norte de la lucha contra la delincuencia en todos sus aspectos. El Dr. Vargas presentó un instrumento, trabajado por un grupo de personas solventes en el tema, quienes siguiendo sus directrices y amparados en datos estadísticos confiables, aterrizaron una estrategia fundamentada en cuatro columnas que sostienen los temas más sensibles para la seguridad de los ciudadanos.
Todo persona inquieta por el tema, sin ser una estudiosa o experta, sabe que la seguridad tiene varios componentes, debatidos en otras oportunidades, pero que para el caso, vale la pena recordar, teniendo en primer plano la ciudad, ese territorio concebido para la vida, deleite, trabajo y desarrollo de todos los habitantes que tienen la fortuna de residirla. Por lo tanto, su mantenimiento, orden, aseo y desarrollo hace parte de todos los proyectos y estrategias de otros componentes. El segundo está representado por los habitantes, establecidos en diferentes capas sociales, económicas y culturales donde tiene asiento la delincuencia, por ser módulo activo en toda sociedad. Un tercer componente lo personifican las autoridades, es decir la policía, entidad responsable de velar por la vida, honra, bienes y ornato, en una palabra, garante del orden público interno de cada ciudad o terruño rural, puesto bajo su custodia y control. El cuarto ingrediente lo encarna la administración municipal, con todas las responsabilidades que le caben, entre las que se cuenta la coordinación permanente sobre los componentes hasta el momento citados. Recordemos que por último está la justicia, sin la cual todos los demás equipos colapsarían. Hasta aquí un aporte al debate, solo llamamos la atención sobre la urgente conexión entre los citados elementos y sus directivos para lograr una gran integración.
Integración que Germán Vargas Lleras propone en su documento, el colectivo que lo diseñó tiene claridad en la urgente necesidad de coordinar las voluntades y esfuerzos para lograr esa sensación de seguridad, - como lo hemos sostenido en otras columnas-, tan esquiva para las ciudades colombianas. Es posible que la presentación del doctor Vargas no encaje exactamente en cada componente, ni mantenga la organización prioritaria aquí esbozada, pero su estructura no es caprichosa. Advertimos palmariamente el valor que pone esencialmente al tema justicia, invocándola en primer plano de la presentación, señalando alternativas y estrategias para implementar y asegurar una pronta justicia. En segundo plano vemos con beneplácito a la Policía Nacional, reconociendo el apremio de fortificarla y tecnificarla al máximo; el plano tercero lo reserva al compromiso ciudadano, terminando con las ciudades más azotadas por la delincuencia. En conclusión, él el proyecto está convenientemente sustentado, fraguado y bien intencionado.