Como muy buena para el país y la democracia recibimos la noticia del proyecto de ley que el Gobierno presentará el próximo 20 de julio, donde se contemplan ajustes tanto al Ministerio de Defensa como a la Policía Nacional.
La creación de un Viceministerio de Política de Defensa y Seguridad Ciudadana demuestra el interés del Gobierno por cubrir con compromiso y recursos todo el tema de seguridad interna y mantenimiento del orden público, que tanto aqueja a los residentes del país.
Con la poca información que tenemos por el momento sobre los detalles del proyecto, nos atrevemos a razonar sobre los alcances del documento, porque el término “modernizar”, a más de ser bien recibido, proyecta todo un andamiaje administrativo para bien del país y sus instituciones, donde la Policía Nacional debe ser punta de lanza en la constante evolución que la modernidad demanda.
En la somera mirada al escrito que por los medios logramos conocer, vemos temas de gran relevancia como la creación de una Dirección de Derechos Humanos al interior de la Policía, asunto que por lógica la institución ha manejado de tiempo atrás, incorporándolo en los planes docentes de formación y capacitación. Ahora, la orden de elevarlo a nivel de dirección, requiere unas estructuras más robustas, activas y profesionales.
Si a este punto le anexamos la cristalización del sueño ancestral, direccionado a un centro educativo con perfil universitario, comprometido a elevar los estándares formativos profesionales, lograremos en tiempos venideros un recurso humano con patrones inigualables en todas las áreas del servicio, beneficiando especialmente a la comunidad y el país, que observará el desarrollo del vínculo de participación ciudadana como fin primordial de impulsar el tejido social policía-ciudadano, dando paso al acercamiento, diálogo y planeación del servicio a la población, mediante la comisión que contempla el proyecto.
Como vemos esta futura ley engrana los diferentes temas para llevarlos a una doctrina general con la participación de la sociedad en todos los niveles y estadios posibles; nuestro espacio es reducido con contenido amplio, pero de entrada aplaudimos el compromiso gubernamental con la institución.
La preocupación por la excelencia en el servicio también está referida en el documento, al referirse a un nuevo modelo de vigilancia por cuadrantes de vecindario, encaminado al relacionamiento con la comunidad, haciendo énfasis en la juventud. Una estrategia que nos orienta a un compromiso ciudadano con los programas y maniobras policiales donde el vecino informa, apoya y colabora con la institución en sus sectores de convivencia. Con esta táctica de ciudadanos comprometidos con la seguridad, se convertirán los cuadrantes en elementos de prevención y no de reacción, como hoy actúan.
Como no faltan discrepancias dejamos en el tintero para futuras columnas temas contemplados en el proyecto que pueden ser motivo de debate, como el cambio de uniformes.