La verdadera certeza | El Nuevo Siglo
Viernes, 4 de Noviembre de 2022

Tener certeza en que somos guiados por la Divinidad es la mejor seguridad que podemos tener los seres humanos. ¿Por qué nos cuesta tanto trabajo hacer caso?

Esta escuela planetaria es perfecta para cometer errores, reconocerlos, aprender de ellos e integrar los aprendizajes.

A mí me ha costado dejarme guiar, porque se ha atravesado mi ego, que con arrogancia -además de bastante ingenuidad- me ha llevado a seguir mi parecer.  Eso fue, guardadas las proporciones, lo ocurrido con los ángeles caídos, verdaderos creadores de mundos y seres de luz, quienes decidieron hacer solo su voluntad. Ese es un verdadero error, que aparentemente nos lleva a la autonomía y sentirnos poderosos. Es la trampa del ego, la cual nos puede hacer creer que ocupar algún cargo rimbombante o tener empresas, un gran contrato, abultadas cuentas bancarias y numerosas acciones y propiedades nos hace poderosos, cuando el auténtico poder está en nuestra conexión con lo Divino.

Por supuesto, son importantes tanto hacer como tener. Todo trabajo es una responsabilidad que hemos de ejercer en forma proba, a partir de nuestros conocimientos y experiencia, con la guía de juntas directivas, jefes, supervisores o clientes. Bueno, el Padre Divino, la Madre Divina y el Cristo Cósmico configuran el mejor consejo de dirección que podemos tener. ¿Cómo tenemos acceso a él? Al hacer oración, meditar, trabajar en nuestro autoconocimiento y entonar los nombres divinos, para que nuestro ego, la porción caída de nuestra alma, pueda dar paso a la parte divina que también tenemos. Cuando actuamos desde las pasiones -los siete pecados capitales, más la vanidad y el miedo- seguimos dando vueltas en nuestra alma caída, engolosinados, entretenidos y divertidos con nuestro diminuto poder.

Ocurre algo similar con tener. Es muy importante poseer, sobre todo para mantener un sano balance entre dar y recibir. Si tenemos bastante, mejor, porque podemos dar más. El problema aparece cuando las cosas nos tienen a nosotros, cuando se invierte la ecuación y resultamos siendo posesiones de aquello que poseemos. De nuevo, el ego nos hace creer que por contar con lo material ya agarramos el cielo con las manos.  No hay tal si no nos contactamos con la chispa divina que tenemos adentro. 

Existe una instancia que nos permite conectar con nuestra junta directiva divina: es el Sobreser, en palabras del Dr. J. J. Hurtak, o el doble cuántico, en las de Jean Pierre Garnier Malet.  Al conectarnos con esa instancia, mediante el trabajo interior y el silencio para acallar el ego, la guía aparece.  Nuestro ser superior siempre sabe qué requerimos hacer y por dónde corresponde navegar. No estamos solos, podemos contar siempre con la gracia de Dios. Confiemos. Ahí está la verdadera certeza.

@edoxvargas