Es el nombre de un programa radial que esta generación y aun nuestra juventud no podrá olvidar, estrategia diseñada por un hombre sensible al dolor ajeno y comprometido con la humanidad, que duró aproximadamente 24 años al aire, como bandera y guía del desconsuelo ante el plagio que permeó gran parte de nuestra comunidad.
Imposible olvidar el cumulo de mensajes y las diferentes maniobras desarrolladas para poderle cumplir a la gran población, que tocaba las puertas de Caracol Radio, buscando a su héroe y benefactor; hasta los mandos de la fuerza pública en la época, lo abordábamos pidiendo espacios para enviar mensajes a nuestros hombres. Fue una empresa sin igual, con resultados grandiosos, un programa que abrió espacio al dolor de los núcleos familiares, que sufrieron el calvario de tener un pariente secuestrado y puso de manifiesto la crueldad, brutalidad y salvajismo de ese grupo subversivo que tanto dolor causó a nuestra sociedad, en todos sus niveles y estratos.
Ese programa radial, emitido al amanecer, dejó que los oprimidos y maltratados escucharan a sus relacionados y amigos, a la vez que admitía al núcleo familiar, la posibilidad de expresar su dolor e incapacidad, frente a tamaña ignominia venida de las Farc. El programa y su conductor permitieron que la esperanza reviviera entre estos compatriotas, que por fuerza del destino, debieron vivir esa afrenta irreversible, porque todo individuo que sea sometido a tal infamia, nunca la olvidara.
Herbin Hoyos Medina es el hombre, el periodista, el amigo que al igual de su programa, “Las voces del secuestro”, siempre estará en la memoria y corazón de los colombianos, no solo de las familias que sufrieron el plagio y recibieron su auxilio desinteresado y fraterno, sino de todos los ciudadanos que asistimos desconcertados al espectáculo de percibir cómo una buena parte de nuestros conciudadanos fueron privados de su libertad por un grupo subversivo indolente, insensible y criminal, que guiado por intereses económicos y delictivos, se confirieron el derecho de maltratar, vilipendiar y aprehender grupos representativos de ciudadanos.
Herbin Hoyos no fue ajeno a este execrable delito, pues sufrió en persona el suplicio del secuestro, cuando por el año 1994 las Farc lo retuvieron por 17días en circunstancia desventajosas y oprobiosas. Pero Herbin el vencedor, el triunfador, debió enfrentar una lucha con el covid-19, única contienda que no pudo ganar y por lo tanto ya no está con nosotros, ni podrá seguir acompañando, como lo venía haciendo a lo largo de su existencia, la lucha contra la violación de los derechos humanos. Sin embargo será recordado por su solidaridad, compromiso, defensa y muchas razones más, en los diferentes núcleos de esta dolida sociedad que, aun sin su presencia, seguirá batallando por el respeto a la dignidad humana.