Lecciones de la Copa América | El Nuevo Siglo
Martes, 2 de Julio de 2019
Radamés Barca

“Un campeonato de experimentación y de relevo generacional”

Por Radamés Barca

La eliminación de la Selección Colombia en su participación en la Copa América, que se está realizando en Brasil, debe servir para sacar varias conclusiones para el proceso de las eliminatorias para ir al mundial de Catar de 2022.

La primera tiene que ver con la necesidad de entender que estamos en un proceso con un nuevo técnico y en medio de una renovación de una generación de futbolistas que tanto en 2014 como en 2018 nos dio muchas alegrías, al punto de llegar al quinto lugar del campeonato orbital en Brasil, sin duda, el sitial más alto del fútbol colombiano en toda su historia.

Por lo mismo, no es tiempo ni conviene abrir debate sobre la permanencia del cuerpo técnico dirigido por el portugués Carlos Queiroz, ya que se había presupuestado que esta Copa América sería un campeonato de experimentación, sobre todo bajo el marco de acierto y error en cuestiones tácticas y de nómina. Es ingenuo pensar que los jugadores que ya están por encima de los 30 años llegarán con un nivel competitivo suficiente al mundial catarí.

En segundo lugar los conocedores del fútbol sostienen que el cambio al que se está sometiendo la Selección Colombia va más allá de un mero relevo de entrenador. En realidad estamos pasando de un técnico con un futbol típicamente suramericano, como lo es el de Pekerman, a uno que tiene el ADN de la táctica y la estrategia europea, y esa transición no será fácil ni automática. Por el contrario requiere de una juiciosa tarea de aprendizaje, y de repetición de movimientos y estilos de juego, algo de lo cual se alcanzó a percibir en los buenos momentos que tuvo el equipo en este torneo continental del que acaba de salir tras perder ante Chile en la tanda de definición por penaltis.

En tercer término conviene que la afición colombiana se vaya acostumbrando a que no hay inamovibles dentro de la nómina de la Selección y que lo más conveniente para el equipo es probar la mayor cantidad de jugadores para cada puesto previendo contingencias normales como lesiones o bajas de rendimiento.

Hay que seguir el ejemplo de selecciones como la de Brasil o la misma Uruguay que han logrado renovar puestos clave o suplir ausencias de sus principales estrellas, sin que ello haya generado debacles futbolísticas sustanciales.

En ese orden de ideas, obviamente que lo mejor hubiera sido haber avanzado en la Copa América pero lamentablemente no fue así, lo mismo le ocurrió a otras selecciones que estaban llamadas a ser protagonistas hasta el final como la de Uruguay, favorita para el título pero que cayó sorpresivamente ante una débil Perú. Igual otros conjuntos que lograron llegar a las semifinales han tenido un rendimiento irregular, como es el caso de Argentina.

Así las cosas lo que conviene para Colombia es sacar las conclusiones de los cuatro partidos jugados en Brasil y empezar a aplicar los correctivos para los dos amistosos de septiembre, que marcarán el inicio del verdadero objetivo, que es la apuesta a punto del equipo para el inicio de las eliminatorias a Catar, que por lo visto en esta Copa América serán muy competidas, con el agravante de que la esperanza de aumentar el número de clasificados para este campeonato mundial ya fue descartada por la FIFA semanas atrás.