Líderes del desastre | El Nuevo Siglo
Viernes, 8 de Diciembre de 2017

Se nos estrecha el pensamiento. Nos arropa la posverdad. Las noticias falsas minan y estrechan nuestras mentes. El engaño y la mentira irritan a los fanáticos que salen a buscar votos para descontrolados líderes.   

¿Qué nos pasa? ¿Para dónde vamos? ¿Qué perseguimos?

Las respuestas están atrapadas por la posverdad y las noticias falsas. Porque, contrariamente, encontramos un país pujante, invadido por un turismo enriquecedor, por un crecimiento superior a la mayoría de las naciones de este continente, una inversión destacada y tantas cosas que la ceguera dirigida nos oculta y nos estrella contra la realidad.

Nuestra estrechez mental nos ha convertido en fanáticos de un insaciable líder que teniéndolo todo, quiere más, cuando ya no hay más para darle, porque él mismo impide que podamos repletar sus descontrolados apetitos. Internamente nos envilece e internacionalmente nos regresa a las peores épocas, a esas en que era una afrenta salir con el pasaporte verde. El remoquete de país narco ha desaparecido pero  hay quienes se empeñan en revivirlo. Estos pregonan interna y externamente que no somos confiables, que no somos merecedores de nada, que aquí todo es oscuro, que vamos hacia el despeñadero, que somos castrochavistas, que debemos desaparecer del concierto de las naciones.

El líder, no controla -¿o será que los envía?- a sus fanáticos. Uno de ellos, militar retirado, armó tremendo escándalo en un condado de La Florida, cuando apareció para sabotear a una misión voluntaria de nuestro consulado que prestaba los servicios de inscripción a más de 1.000 colombianos, para las próximas elecciones. El energúmeno, violando todas las normas, invadió el lugar recogiendo firmas en contra de la Jep. Por fortuna la autoridad gringa lo puso bajo custodia y le aplicó una abultada fianza. Esa calaña de gente, es la que ataca a un país que busca proyectarse para irrigar riqueza entre sus habitantes.

Nadie se explica por qué se odia y aborrece la paz. ¿Por qué no le interesa a un líder que aparentemente se benefició con la guerra o AIS, ni tampoco a quienes se apoderaron de las tierras amparados por paras y otras yerbas? El intelectual y compositor vallecaucano Julián Rodríguez, durante entretenida entrevista que le hizo el aventajado colega Andrés López, dijo con gran sabiduría: “somos un país tan cerrado, que es capaz de votar No a la paz. Somos un país estrecho mentalmente”.

Certera sentencia. Somos una nación que, como niños extraviados, escupen la comida para que nadie pueda tener acceso a ella. Como los “dueños del balón”, que prefieren romper la pelota, cuando tienen que abandonar el juego para impedir que otros metan goles.

Y lo peor: el desorbitado líder a quien sus fanáticos siguen como borregos de Panurgo. ¿Recuperaremos la razón, para que un líder bueno nos permita tomar la sopa y alternar con generosos dueños de balón?

BLANCO: Los 53 Senadores ejemplares que insisten en reducir los aportes de los pensionados.

NEGRO: Nadie entiende cómo graduaron a las víctimas de guerrilleros para arrebatarles sus curules.

gabrielortiz10@hotmail.com