LIONEL MORENO GUERRERO | El Nuevo Siglo
Sábado, 30 de Noviembre de 2013

¿La moneda del futuro?

 

Hemos sido testigos de hiperdevaluaciones masivas como las de Zimbabue donde en noviembre de 2008 estimaban, no es exageración, que la tasa de inflación anual era de 89.700 trillones por ciento, es decir, los precios se duplicaban cada 24,7 horas. No sabíamos de super revaluaciones pero hay una “moneda” que se ha revaluado más de 76 veces en un año. Esta no es la moneda de un país determinado, ni son los derechos especiales de giro del Fondo Monetario Internacional. Es una “moneda virtual”, el “bitcoin,” que algunos dicen puede ser la moneda del futuro. Pues sí, un bitcoin se transaba hace un año a US$ 12 y hace un par de días, el 27 de noviembre, a US$ 1.073, alza instigada por los especuladores ante el gran interés en ella de inversionistas estadounidenses y asiáticos, especialmente después de que responsables de entidades de control norteamericanas declararon ante el Senado que los bitcoins pueden ser legítimos medios de intercambio. Cada vez más esta “moneda” es aceptada en pago de múltiples transacciones y se calcula que a la fecha hay unos 600 negocios por Internet que aceptan pagos en bitcoins. No es fácil imaginar que pueda existir una moneda que no sea emitida por un país o por una entidad internacional como el FMI que disponen de una autoridad que controle su volumen o pueda influir en la tasa de cambio, con poderes de supervisión y encargada de la política financiera del país como lo hacen los bancos centrales. Creado en 2009 por alguien bajo el seudónimo de Satoshi Nakamoto, el bitcoin es una criptomoneda, es decir, usa criptografía para determinar su emisión y administración y no pueden emitirse más de 21 millones de unidades (pero cada una es divisible múltiples veces). ¿Quién los crea? Los mismos usuarios. Alguien (los llaman “mineros”) que disponga de un potente computador puede tratar de descifrar un complejo algoritmo y, cada diez minutos, quien primero acierte, obtiene 25 bitcoins. El sistema es bastante complicado y este no es el lugar para explicarlo, menos en tan limitado espacio, se trata de ir familiarizándonos con los bitcoins que, según sus defensores, muy pronto serán moneda de curso corriente, a pesar de peligros tales como sus grandes fluctuaciones de precios, posibilidad de robos de bitcoins por los “hackers” (varios se han dado), cierres de sitios de cambio en Internet que conllevan la pérdida de los bitcoins en ellos guardados y su utilización para operaciones no éticas, como lavado de dinero, ventas de drogas y apuestas ilícitas. La principal ventaja es la rapidez y bajas comisiones  de transferencias en comparación con los bancos, costos que no van en relación con el monto transado sino con el número de operaciones, lo que explica por qué la mayor cantidad de transacciones son transferencias de dinero. El peligroso ingenio de los financistas parece no tener límites.