Quienes vivimos pegados al transistor -como suero por antena- no podemos ser indiferentes ante a la celebración del aniversario de la Primera Cadena Radial Colombiana. Sin ella, nuestra vida sería distinta, sobre todo en las noches de eterno desvelo en que tenemos que estar conectados a esa cadena, aunque alternamos con Nocturna de RCN, que conduce Julián, hermano del gran relator taurino Iván Parra, y debo revirar porque Caracol decidió acabar con la fiesta brava, reduciendo sus transmisiones a la mínima expresión, pero en cambio sí están exaltando los perros y los gatos y hasta programa les pusieron.
En los 70’s, la batuta en la radio la tenía Todelar, con los mejores periodistas, los mejores narradores: Eduardo Aponte, Eucario Bermúdez, Edgar Perea, Pastor Londoño, los medio hermanos Moncada Campuzano, Roger Araujo, Javier Giraldo, Jaime Ortiz, Hernán Peláez, Cesar Augusto Londoño, Iván Mejía, Jorge Enrique Pulido… pero la familia Tobón de La Roche se agarró de las mechas mientras el Grupo Santodomingo compró Caracol y metieron la ficha para atraer a todas las estrellas dispersas en el espectro.
Y fue precisamente Yamid Amat, gran maestro, quien revolucionó la radio noticiosa al liderar el espacio 6 am - 9 am, en época de la pre-mermelada cuando, no obstante ser liberal confeso, permitía la confrontación sana de ideas y en las entrevistas y narrativas por lo general se privilegiaba la verdad; de ese gran equipo hacían parte Julio Nieto, Alfonso Castellanos, Javier Ayala, Antonio Pardo y, tangencialmente, ese otro monstruo de la radio, Julio Sánchez y como locutores Gustavo Niño, Judith Sarmiento, Juan Manuel Rodríguez (mi cuasi-compañero de Comunicación) y los viernes en la tarde se ponían el estudio de ruana con esos tremendos imitadores y humoristas, como Guillermo Díaz, Alexandra Montoya, Juan Harvey Caicedo (señor locutor, a quien sacaron por la puerta de atrás, hasta provocarle suicidio, como creo que ocurrió con Enrique París, Director emérito de Caracol Stéreo, cuya emisión remataba con el programa Después de las Horas, que conducía un banquero locutor llamado Sergio Restrepo Álvarez, ahora atrapado en Radio Red, cadena cuya Hora de la Verdad lidera con vehemencia Fernando Londoño Hoyos). Hasta yo colaboré con la novedosa y noctámbula Radio Noticias Caracol, que conducía Carlos Ruiz.
La “refriega” de los viernes vino a engendrar La Luciérnaga, que dirigió mucho tiempo Hernán Peláez, caballero a carta cabal (50 años comentando fútbol sin decir de qué equipo es hincha). Y qué tal esas voces cimeras de Otto Greiffenstein, Armando Plata, Alberto Piedrahita y, para no ir muy lejos, ese actual narrador de fábula que responde al nombre del Tato Sanín.
Post-it. A Yamid lo sucedió Darío Arismendi – más liberal que la corbata del diablo- y recuerdo la primera entrevista que le hizo al doctor Álvaro Gómez Hurtado, cuando le lanzó una pregunta -que no recuerdo- seguramente torticera, pues el mismo Gómez, atortolado, preguntó: ¿Perdón, quién habla? Y entiendo que Arismendi y otro Álvaro -de apellido Uribe- eran grandes amigos y de la noche a la mañana se volvieron enemigos. ¿Qué pasaría? La historia Patria de la radio algún día sacará el misterio al aire.