Los camioneros fueron capaces de enfrentar con valentía a un gobierno que está hundiendo al país en un caos total. Un gobierno que retrocede en todos los aspectos, inclusive los más importantes para el pueblo, como son su salud, desestabilizando a las EPS que venían prestando un eficiente servicio a más del 97 % de la población, atacando la educación privada, amenazándola con impuestos y otras trabas absurdas; humillando y desmoralizando al ejército; destruyendo, con inquina, lo logrado por Ecopetrol en décadas de administración certera de nuestros recursos petroleros; desuniendo a los colombianos con arengas incendiarias cargadas de odio cuando el país clama por el fin de la violencia.
¿Será que Gustavo Petro está enterado de lo que sucede en el país? Porque no parece entender que Colombia se está incendiando, que gran parte del territorio está en manos de múltiples insurgencias narcoterroristas. Según los entendidos hay más de 24 mil criminales en armas que tienen a los pueblos amenazados y amedrentado sin que el ejército actúe eficientemente en su contra. ¿Será esta una estrategia planeada y astutamente ejecutada por el ministro de Defensa, en concordancia con Petro, ambos claros enemigo del ejército, para desprestigiar y humillar más a las fuerzas armadas?
Por lo visto, los camioneros fueron capaces de lograr un acuerdo con relativa rapidez, lo que no han sido capaces, ni los jefes políticos, ni los senadores y representantes en el Congreso quizá por estar, algunos de sus miembros, tan “enmermelados”, vendidos, o manoseados por el gobierno de Petro, el más corrupto que hemos tenido.
Vamos a ver si nuestros honorables representantes aprenden algo de cómo se le canta la tabla a un presidente que parece no salir de una “perica” permanente que le impide articular sus decisiones, llegar a tiempo a sus obligaciones y expresar ideas de una manera equilibrada y coherente para no causar constante desconcierto. (Perica: exceso de lo que sea que consume Petro).
El aumento del diésel encarece el precio de los comestibles, ya muy alto por el aumento del Iva y otros impuestos aprobados por este gobierno, como los adicionales a los comestibles ultraprocesados y a los empaquetados. El pueblo está ahorcado por tantos impuestos que afectan directamente la canasta familiar, por eso apoya hoy a los camioneros. ¡No más impuestos! ¡No más hambre! ¡No más abusos del gobierno!
Es claro que los camioneros no solo hablaron de la insatisfacción de los transportadores con las medidas arbitrarias y poco convenientes que Petro pretendió imponer. Los camioneros expresaron la insatisfacción, diríamos desespero, de un pueblo hastiado por la improvisación y el desgobierno.
Este paro, aunque fue necesario, fue también doloroso, pues afectó a toda la población causando desabastecimiento de alimentación y medicinas en todas las ciudades, algo de extrema gravedad. Es de suma importancia, en estos paros, la creación de corredores humanitarios que permitan el trasporte de productos comestibles de corta vida, como la leche, los huevos y las verduras, además de medicamentos y el trasporte de enfermos. Qué esta sea una lección para el futuro.
Finalmente, el gobierno oyó el llamado de los trasportadores, ojalá haya y entendido que no son ellos los únicos que ya están cansados de sus chambonadas permanentes. El grito “fuera Petro” retumba en la Nación.