Todo estaba dado para que el pueblo colombiano se pronunciara por el Sí, pero ¿Qué pasó? Varias cosas. A mi juicio voy a enumerar solo unas de ellas:
- La prepotencia de las dos partes: Gobierno y Farc. Creyeron que el pueblo era estúpido y trataron de meter un acuerdo acomodadizo a sus intereses y conversaciones.
- El negociar con impunidad era un desafuero a la dignidad del pueblo y al dolor de las víctimas.
- La torpe comunicación de las Farc que generaron una tremenda desconfianza, hizo que el pueblo asociara el futuro de Colombia al de Venezuela.
- Subestimaron a la oposición del No, jamás les pararon bolas y terminaron siendo mejores estrategas comunicativos sin derroche de dinero como el Gobierno.
- El acto de la firma del acuerdo en Cartagena con mucho despliegue y bombos, fue un boato insultante a un pueblo herido. La soberbia imagen de Timochenko con su guayabera blanca ofendía la dignidad colombiana.
- El discurso de Timochenko frente a los altos invitados internacionales, donde posó de político tradicional con verborrea mamerta, todo un bodrio.
- El sensato pronunciamiento del Fiscal General pidiendo, en derecho, la entrega de los niños reclutados en poder de las Farc y los bienes adquiridos ilícitamente. Cuya respuesta de Santrich y los otros desde La Habana, fue insultando al fiscal y finalmente mamándole gallo porque no entregaron nada.
- El despliegue del presidente Santos ante las Naciones Unidas dando todo por hecho y ganado sin tener en cuenta el plebiscito, porque la voz del pueblo es lo primero.
- La participación política de las Farc regalándoles las curules, las 30 emisoras y el canal de televisión gratuito, más los sueldos a los reinsertados. La no entrega de armas y envolatar la reparación a las víctimas.
- La duda de la gente en que seguirían con el negocio del narcotráfico.
Solo estos diez puntos, pero son muchísimos más los errores de esta negociación. Pero de todas maneras el pueblo se pronunció y obligó a un giro que será muy positivo para el acuerdo final. El país no le dijo No a la paz, se lo dijo al acuerdo actual, ese no gustó, es inconveniente y peligroso. Colombia entera quiere la paz y que las Farc se acaben pero que no se premien. Ellos no han ganado nada, son un minúsculo grupo de colombianos, ínfimo, pero con poder destructivo.
De tal manera que yo creo que el proceso seguirá y deberá renegociarse bajo un gran pacto de reconciliación nacional, con todas las fuerzas políticas y civiles, justo y equitativo. Un proceso más de fondo y menos mediático. Esa es la paz que queremos los colombianos, la verdadera paz firme y duradera que nos proyecte en el presente siglo como un país de progreso en donde todos podamos vivir en armonía.