Bogotá camina segura es no sólo el nombre sino el centro del proyecto del Plan de Desarrollo de Bogotá que, por supuesto, está en concordancia con las bases del programa de gobierno, presentado por el Alcalde Galán durante su campaña electoral y en su connotación literal es la esperanza de la ciudad. Esta semana por coincidencia, o más bien evidencia, tanto una delegación de extranjeros como personas amigas, me hablaron de la sensación de inseguridad no solo en las calles de Bogotá si no, muy especialmente, en el Transmilenio.
Digamos que esto coincide con los hechos, con el miedo a andar -argumento entonces del mismo candidato-, y nos lleva a poner los ojos sobre las acciones en este orden, dentro de los cien primeros días de la nueva administración. Dependemos de la información de las acciones del alcalde, como primera autoridad, para ser prevenidos o incluso colaborar y saber a qué nos podemos atener.
Claramente, a la vuelta de estos amigos extranjeros, quiero poderles decir que es una realidad la tranquilidad que no esperaban ver en una visita cuya palabra más advertida era: “tenga cuidado”.
Hasta donde se conoce la estrategia, el mapeo de los puntos críticos ha sido fundamental. En los primeros veinte días del gobierno se lanzó el plan de seguridad en Transmilenio con mayor presencia de la Policía en veinte estaciones donde se cometen cerca del cuarenta por ciento de los hurtos, con policía de inteligencia, mayores cámaras, drones y el uso del helicóptero Halcón de la Fuerza Pública.
La seguridad viene atada a los temas de justicia -sobre los cuales la legislación y el gobierno nacional sostienen una pata muy importante- y de convivencia, donde habrá que profundizar pues la mendicidad en el sistema de trasporte masivo parece haber aumentado fuertemente, bien por situaciones económicas o por la necesidad de una evaluación de la misma.
A finales de febrero, la administración Galán optó por prorrogar varias de las restricciones vigentes a la movilidad o al comercio, especialmente nocturno, como otra de las medidas en la ruta de Bogotá camina segura. Son las consideraciones por las cuales las autoridades pueden verse forzadas a frenar la libre circulación, las que debemos mantener con cautela. La motivación del decreto confirma que casi el cuarenta por ciento de los delitos y actos contra la convivencia, durante el año pasado, se concentra en la madrugada, entre las doce y las cinco de la mañana o su participación también es más alto según el menor volumen de gente circulando, en un porcentaje superior al veinte por ciento para el caso de hurto a personas, lesiones personales y riñas. Además, una tercera parte de los homicidios, en este horario, se concentran en siete localidades de las veinte. Aunque ha bajado la tasa entre las tres a las seis de la mañana.
Un tercer eje de la Bogotá camina segura, en sus primeros pasos, es la estrategia de continuar con la conformación de frentes de seguridad en los barrios. Como lo dice la teniente coronel de policía comunitaria, Bibiana Valencia, estos tienen la virtud de ser un enlace entre policía, comunidad del sector y autoridades, que reúnen esfuerzos para contar con una capacidad tecnológica como alarmas y cámaras de seguridad, para lo cual además la herramienta de los grupos de WhatsApp es fundamental, que se puede aprovechar para algo verdaderamente útil.
Aun la relación de frentes de seguridad por barrio y por localidades es baja. Nos toca como vecinos empezar a interesarnos en pertenecer a estos frentes y solicitar el mismo ante las estaciones de Policía de cada zona. Comunidad más tecnología es una unión bien fuerte. A la Bogotá camina segura queda augurarle el éxito para el bien de todos.
*Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI