Hace cincuenta años, la ciudad de Tunja fue una de las primeras capitales de departamento del país en contar con una alcaldesa, la doctora Lucía de Castelblanco, liberal, quien, además, siendo la única fisioterapeuta con que contaba la ciudad y su Hospital San Rafael, tenía turno de trabajo a las seis de la mañana, antes de irse a despachar los asuntos del municipio. La ciudad está en mora de reconocer a su primera alcaldesa, ya que en este medio siglo no ha habido ninguna otra.
Ahora, Bogotá, luego de haber tenido una alcaldesa designada, la doctora Clara López Obregón, luego del desafortunado momento para la ciudad de Samuel Moreno Rojas, estrenará en un mes alcaldesa. Yo, que voté por Miguel Uribe Turbay, por quién tengo respeto y aprecio, ya que llegará a ser una descollante figura nacional, cuando se libre de la sombra de Peñalosa, que para él es peor que la de su abuelo, debo reconocer en la doctora López, “hija de una maestra y de un boyacense”, como ella misma lo dice, que tiene importantes retos, los cuales, como simple ciudadano del común, puedo resumir en los siguientes puntos:
1. En materia de movilidad: Ejecución de la primera fase del programa Metro. Abolición de los SITP provisionales y ampliación de las autopistas sur y norte y de la carrera séptima hacia el norte, lo mismo que la ALO.
2. En materia ambiental: Trabajar en el plan de adaptación al cambio climático, procurando una ciudad con un aire más limpio y menos contaminante. En febrero y marzo de este año, el pico y placa debió ampliarse a los fines de semana, debido a la baja calidad del aire de la ciudad y a la concentración de partículas cancerígenas que afectan los pulmones de los ciudadanos.
3. En materia cultural y turística: Seguir haciendo atractiva la ciudad para la llegada de turistas con capacidad adquisitiva que compren bienes y servicios en la ciudad. Igualmente, continuar con la política de consolidación de los festivales culturales de Jazz, Hip-hop, Rock, ópera, etc. Que hacen parte de los planes de bienestar para los ciudadanos.
4. En materia de seguridad: es el clamor de los bogotanos, por eso, debe ser real y efectivo el incremento de la fuerza pública, la consolidación de frentes de seguridad y, la promoción de la cultura ciudadana.
5. En materia de planeación: Ejecución definitiva del POT, para que la ciudad cambie su cara. Sin embargo, la horizontalización de la ciudad, que acaba con la verticalización, debe estar integrada con parques, plazas, zonas de ciclovías y de amoblamiento urbano, que permitan tener una capital más agradable.
6. En materia económica: Ampliar los horarios de transporte y hacer sostenible los servicios de “Bogotá 24 horas”, que aprobó el Concejo Distrital, con la ponencia de mi concejala, también de origen boyacense, Gloria Díaz Martínez, casi la única representante de mi descolorido y agonizante Partido Conservador.
Posdata: El mayor (r.) Hernán Arbeláez Arbeláez, uno de los pioneros de la seguridad privada en Colombia, acaba de publicar su más reciente libro: “La seguridad democrática según san Pablo y otros escritos”, una compilación de 42 columnas en el periódico de Acore, donde recoge diferentes tópicos con autoridad y veteranía y condensa sesudas opiniones a partir de sus creencias y de su experiencia como militar y empresario. Lo curioso del libro, es que expresa: “La seguridad democrática no la inventó Álvaro Uribe, sino San Pablo” y, que “los conceptos del apóstol de las gentes, en su carta a los Romanos, aún no le han permitido ser tildado de ser fascistas”, ahí les dejo a inquietud.
www.hernanolano.org
hernanolano@gmail.com