Que los períodos de las Farc son disímiles al resto del país con sus autoridades a la cabeza, es una gran verdad y existen muchos factores que lo pueden comprobar. Mientras los colombianos nos regimos por el calendario y la hora mundial, esta organización tiene un concepto diferente del tiempo, no es necesario ser muy perspicaz para deducir que en el monte las cosas son diferentes, las horas corren sin premura, el día lo fija la luz del sol y los meses están identificados por el estado del clima. Entendemos que todos los componentes de este movimiento, hombres y mujeres, han pasado mucho tiempo en ese ambiente, que a más de hostil demanda una intensa calma y sosiego. Percibamos que en la selva no siempre la oscuridad es noche y por eso es tan importante en estos momentos cruciales para la paz tener muy en cuenta tal factor, pues de acuerdo a las circunstancias, el reloj se acelera o retarda.
Ya lo vivimos durante las conversaciones en La Habana, allí apreciamos la calma y tranquilidad como llevaron las negociaciones los representantes de las Farc, los plazos fueron letra muerta y el ritmo de los debates se dio de acuerdo a las necesidades e intereses del grupo dirigido por Iván Márquez, situación que entendió y supo manejar la comisión del Gobierno porque aunque se trataba de avanzar al mejor compás, era una negociación y en este ámbito era recomendable tener mucha cautela y discreción.
A partir de aquel día 2 de Octubre seguramente la medición cambiará, pues de acuerdo a lo pactado y lógica del momento, se debía iniciar un periodo tranquilo y sereno, pleno de expectativas, para dar paso a ciertos movimientos y ajustes ya negociados como los traslados, entregas y acercamientos a las zonas verdales acordadas. Pero ante el triunfo del No, si es que esa situación tan difícil para el país se puede llamar triunfo, la cosas tomaron un ritmo diferente y el factor tiempo se vuelve adverso para las Farc, que vive en este instante un estado de alerta y prevención muy alto, esperando el desarrollo de los acontecimientos, que en ultimas fijarán el paso siguiente a lo hasta el momento acordado.
Decimos que los tiempos cambian de acuerdo a la situación y es que las Farc tienen problemas logísticos grandes de verdad, por tener compromisos que los obligan a tomar posiciones bien complicadas para cumplir promesas y acuerdos con el Gobierno; comprometidos como están en el mantenimiento de los efectivos en lugares retirados de la civilización, sin contar con recursos suficientes o si los tienen, por lo menos no los pueden movilizar y eso dificulta conservar la inercia del pie de fuerza. Pregunto, ¿Contra quién corre hoy en tiempo?