“La paz es objeto de burlas y vejaciones”
Como acertadamente lo denunció el candidato Humberto De la Calle, los espadachines, cabalgadores y picadores de siempre, se están tirando la paz. Hay disparos de todas partes. Cualquier hecho se convierte en una noticia falsa, que invade las redes sociales y periódicos como el Wall Street -fake news- Journal, para desconcertar y confundir a la opinión pública.
Esta campaña electoral ha sido aprovechada por los enemigos de la paz, del proceso que por fin se ha logrado en Colombia, para pescar votos en este río revuelto de la política mal orientada y maliciosamente dirigida a mantenernos en guerra y corrupción. Felones líderes se niegan a perder los beneficios disfrutados durante estos últimos 60 años.
La paz lograda en Irlanda del Norte cumplió esta Semana Santa 20 años desde su firma y 24 desde el cese el fuego. Ha superado los embates de felones que como los nuestros, “quisieron tirársela”.
Aparecen consejas por todas partes para aturdir a los colombianos y sacarlos a votar engañados y “emberracados” este 27 de mayo, como ocurrió con el plebiscito. Se siembra el miedo y se fabrican fantasmas para aterrar a las gentes con toda suerte de mentiras.
Ya los medios tradicionales, como los partidos, movimientos políticos y dirigentes leales, rectos y justos, han desaparecido. Ahora todo vale. Todo se aprovecha maliciosamente. Todo se utiliza contra la paz, a la que le han fallado el Congreso, el Gobierno, los guerrilleros, los ciudadanos y hasta las víctimas. Se combate la Jep, los fondos, las ayudas.
La paz es objeto de burlas, humillaciones y vejaciones. Si se asesinan testigos, líderes y militares, si se amenazan candidatos, convierten la paz en amenaza nacional, mientras nuestra democracia agoniza. A todo se acude. No hay arista que se salve, porque no importa sacrificar un mundo para ganar prebendas y mantener la corrupción que se logra con los votos de una sociedad confusa, turbada y despistada.
Este proceso electoral está viciado porque busca posiciones utilizando el desconcierto y el engaño de una sociedad que ha perdido la brújula ante las prácticas de unos dirigentes que, acuden a lo que sea para lograr el poder que les devuelva la supremacía perdida.
Se batalla con la aterradora deportación de actores para impedirnos conocer la verdad, como sucedió con el paramilitarismo. Maliciosamente se utilizan las páginas del WSJ, para difundir falsas acusaciones que desdibujan la realidad. Estamos en una intemperie, en la que cualquier hilacha es trinchera, si se de atropellar se trata, para ganar dinero, poder, o recuperar prestigio.
Aún es tiempo de despojarnos del yugo que quieren aplicar a un país, a una sociedad y a unos compatriotas que quieren conservar y fortalecer la paz.
BLANCO: La valiente decisión de Bancoldex y su presidente Mario Suárez, para impedir que nos llenemos de chimeneas “transmilenias” que quiere instaurar Peñalosa en Bogotá.
NEGRO: Los paros como el del Catatumbo. Otro escollo para la paz estable y duradera.
gabrielortiz10@homail.com