Las extremas manejan a la perfección el pánico y todas esas de maniobras para usurpar y arrebatar el poder legítimamente constituido. En Colombia actúan en forma magistral. Siembran el pánico para arrogarse, legal o ilegalmente, el mando. Lo practicaron con ocasión del plebiscito del 2 de octubre, cuando a base de mentiras y engaños, enfurecieron, desencajaron y perturbaron cerebros para sacarlos a votar ¨enverracados¨.
Esas extremas no tienen miramientos. Los hemos observado y padecido, con el terrorismo de la mafia, encabezada por Pablo Escobar, con el asesinato de Álvaro Gómez, según el ex embajador Myles Frechette cometido por exmilitares de la extrema derecha, y con la multiplicidad de actos terroristas que hemos padecido.
A las extremas las tienen sin cuidado las víctimas. Acuden a las más brutales prácticas para alcanzar sus objetivos. Quieren ¨hacer trizas¨ la paz, para alcanzar un poder que democráticamente no pueden lograr.
Causa estupor que los enemigos de la paz critiquen con tanta virulencia a los alzados en armas, que hoy transitan por los caminos de la convivencia. Ambos son terroristas si así se quieren calificar, ambos son culpables de los crímenes que han azotado a los colombianos de bien, son igualmente culpables de los desplazamientos forzados en que mantienen a más de 7 millones de compatriotas.
Estamos tras un alto en el camino. Procurando un cese de las prácticas criminales que nos permita terminar con todo lo que significaron 60 años de guerra, durante los cuales actuaron por igual las extremas izquierda y derecha.
Acudir de nuevo a los atentados, como el ocurrido en el Centro Andino, para atemorizar a los de arriba, es tan criminal como los petardos del sur de Bogotá, para amedrentar a las clases populares.
Así, no se logra la anhelada paz, ni alcanzar el poder democráticamente. Cambiando pánico por votos, a través del terrorismo y la invasión de los medios y redes sociales con tuits falsos, mañosos, mentirosos sólo se logra entronizar el odio, la furia y la polarización que aprovechan los violentos que se enfrentan a la paz estable y duradera que quieren hacer trizas las mentes torcidas que desean buscar el poder al precio que sea.
Seamos demócratas; no cambiemos pánico por votos.
BLANCO: Las Farc han cumplido: No tienen armas. Ya no hay soldados, policías y civiles muertos. Cesaron secuestro y extorsión. Pero… ¿Quiénes asesinan a los líderes sociales?
NEGRO: Investigan al presidente mejicano Peña Nieto por chuzar a periodistas y líderes. Por igual delito está preso Martinelli de Panamá. Y en Colombia… nada de nada.
gabrielortiz10@hotmail.com