LUIS ALFONSO HOYOS ARISTIZÁBAL | El Nuevo Siglo
Viernes, 2 de Mayo de 2014

Ejemplo de los hermanos mayores

 

Muechos de los pueblos indígenas en territorio colombiano han sido ejemplo de vida en armonía con la naturaleza.
Los primeros pobladores de lo que hoy es Colombia pertenecían a diversas familias lingüísticas, con organizaciones diferentes, grados de desarrollo variado y, en distintos casos, enfrentados entre ellos.
La conquista y luego la colonización europea produjeron un desastre diezmando a gran parte de la población, producto de las enfermedades que llegaron, la violencia, la destrucción social, los trabajos impuestos, el mestizaje forzado y demás vicisitudes de la época.
Las normas de protección de la corona española y la sustitución de mano de obra con la llegada de seres humanos traídos desde África en terrible esclavización, en algo disminuyeron la tragedia indígena. Sin embargo, a lo largo de estas centurias se ha mantenido una forma de relacionarse con la naturaleza, de ser parte de ella, de entenderse como parte de ella.
Hoy son entre 87 y 104 pueblos indígenas en territorio colombiano, según la clasificación de ciertos grupos o subgrupos, con un millón y medio de personas que los conforman. Más de treinta de estos pueblos están en riesgo de pronta desaparición y aún ellos actúan con enorme respeto ambiental. Saben que a pesar de las adversidades crecientes, la relación con la madre naturaleza es sagrada.
Colombia es hoy, esencialmente, un pueblo mestizo. Ochenta por ciento de los colombianos somos producto de variados grados de mestizaje. Indígenas americanos, europeos llegados en la conquista y colonia, africanos traídos forzadamente, y, también, migraciones de menor tamaño en diversas épocas (cristianos maronitas y comerciantes de Líbano, Jordania y vecindades del otrora Imperio Otomano, ciudadanos de Europa Oriental, comunidades judías, vecinos latinoamericanos y caribeños etc). Cada pueblo hace sus aportes a esta cultura cada vez más mezclada y enriquecida. El vallenato, los fríjoles con plátano y arepa de maíz, las achiras, son botones de muestra de ese mestizaje cultural. El mayor aporte de los pueblos indígenas es su forma de relacionarse con el entorno. Ahí nos falta incorporar muchas lecciones al patrimonio colectivo del mestizaje.
Todos los colombianos debemos aprender del ejemplo de nuestros hermanos mayores con el medio ambiente. El desarrollo solo es válido si es sostenible.
Twitter: @lhoyosa