Luis Carlos Peña Mosquera | El Nuevo Siglo
Martes, 23 de Diciembre de 2014

MACHISMO DOMINANTE

¿Dónde están las mujeres?

Colombia,  país democrático por excelencia, cuenta con una Constitución que le permite al ciudadano elegir a sus dignatarios libremente. En cada elección escogemos un gobierno legítimo, lo que nos lleva a creer en un renacimiento de  una nueva Colombia, semejante a un  paraíso, con un gobierno honesto, lejos de toda mácula.

Sin embargo, esta democracia ha permitido el machismo desenfrenado de los hombres. Somos incrédulos de las aptitudes  inteligentes y de liderazgo de nuestras encantadoras mujeres. Vivimos con el mito de que no merecen llegar a la Presidencia de la República, ni a corporaciones públicas porque son incapaces de ejercer un gobierno democrático.

Una muestra repudiable de esta cobardía masculina, es la manera como la mayoría de parlamentarios en la Cámara de Representantes negaron la aprobación de las listas paritarias, en la que se incluían un hombre, una mujer alternados, proposición presentada por la senadora Claudia López.

Por ello, hoy quiero mencionar a título de ejemplo, algunos nombres de mujeres ilustres que han cumplido una buena labor, y que sirven de modelo para llevar a los más altos cargos públicos a nuestras insignes compatriotas colombianas.

Golda Meir, quien después de terminada la II Guerra Mundial (1939-45), ante  la presión sionista para exigir la independencia de los británicos, colaboró eficazmente en el proceso que culminó con la creación del Estado de Israel en 1948 (fue una de las firmantes de la declaración de independencia).

La paquistaní Malala Yousafzai, ganadora del Premio Nobel de Paz, conocida por su defensa del derecho a  la educación femenina en su país.  Adquirió notoriedad al escribir un blog para la BBC utilizando el seudónimo de Gul Makai, donde denunciaba las atrocidades sufridas bajo el régimen del Tehrik-i-Talibán, matando a muchos de sus habitantes, destruyendo las escuelas y prohibiendo la educación de las niñas entre 2003 y 2009.

Michelle Bachelet se sumó a diversos movimientos contrarios a la dictadura de Augusto Pinochet, desarrollando una  carrera política de bajo perfil. Como ministra de Defensa se convirtió en una figura de gran popularidad siendo designada posteriormente candidata presidencial de la Concertación de Partidos por la Democracia, para las elecciones presidenciales de 2005, las cuales ganó. 

Igualmente debemos destacar el Gran Premio Chapultepec, que le fue concedido a Catalina Botero, por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) por el excelente desempeño durante su gestión como relatora especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Claudia Marcela Loaiza, después de haber sufrido las torturas de las mafias japonesas, se propuso dirigir una fundación en beneficio de las mujeres maltratadas, que la ha hecho merecedora a un reconocimiento internacional digno de su buen  corazón.

Estas mujeres nos dejan un gran interrogante: si los colombianos somos fanáticos en copiar modelos extranjeros, ¿por qué sentimos temor en llevarlas a las corporaciones públicas, especialmente en las provincias? Pienso que ya es hora de actualizar nuestro pensamiento en este siglo XXI.  Si anhelamos una  Colombia digna, pensemos en nuestras mujeres inteligentes, para transformar el machismo corrupto que tanto daño le está causando a nuestra Patria.