El primer día sin IVA fue todo un acontecimiento catastrófico; por lo pronto se echaron abajo todos los esfuerzos de varios meses en confinamiento; la gente en estampida salió de compras, arriesgándolo todo por ahorrarse unos pesos; conducta social típica, totalmente previsible.
De nada sirve descargarse en la insensatez de la gente, o en la falta de medidas y controles de los establecimientos de comercio receptores de la avalancha; otra forma de actuar no era de esperarse. Ahora dirán, como ha sucedido con el virus, que el responsable es el IVA. Por supuesto que no; de estas cosas sin duda la responsabilidad recae sobre la autoridad; primero; cómo se les ocurre alborotar el “avispero”, con rebajas a granel. Hasta en los países más civilizados, cuando hay rebajas hay montonera. Por supuesto, que hay que dinamizar la economía, pero hay que buscar, en tiempos de pandemia, vías menos riesgosas.
El Gobierno central ha acudido al expediente de liberar el confinamiento y adoptar las medidas tendientes a revitalizar la agonizante economía colombiana; pero trasladando a los alcaldes la decisión final. Los gobernantes locales, que hacen política, aprovechan estos disturbios económicos, para lanzarle dardos al Presidente, omitiendo señalar, que en última instancia son los responsables. Fallaron todos, no hay excusa aceptable, total falta de previsión. Todavía nos esperan dos días sin IVA; esperemos a ver cómo lo manejan.
Por fin nos sacaron los medios de las noticias sobre el virus y la pandemia, y comenzamos a enterarnos de otras cosas. Tremendo novelón el del sirio-libanés Alex Saab, que sirve de intermediario al régimen de Maduro, para toda clase de negocios turbios, desde hace ya varios años; está más enredado que un enjambre y todo pareciera indicar que será extraditado a los Estados Unidos, a pesar de todas la baterías legales que el Régimen del vecino país despliega en Cabo Verde para evitarlo. De llegar a colaborar con la justicia norteamericana, la información que puede suministrar implicaría a más de un venezolano y no a pocos colombianos, políticos y abogados que le han servido en el pasado y que se excusan de la “mala compañía”, por no saber de las malas andanzas y equivocadas acciones del “empresario”.
No se sabe que es peor, si enredarse con un delincuente de esta calaña a sabiendas, o no darse cuenta de ello. Ambas dan muy mala señal sobre los “incautos” personajes.
También a la Fiscalía le han dado todo tipo de “garrote”; el instructivo del pasado 23 de abril para los Fiscales delegados ante la Corte emitido por su coordinador, donde les pide remitir los proyectos de decisión importantes para evaluarlos con el Fiscal General, le resta todo crédito a la excusa de los Fiscales Generales para no declararse impedidos en algunos asuntos de trascendencia, advirtiendo que los fiscales en sus investigaciones y decisiones son independientes. Una vez más, quedó en evidencia la necesidad de reformar esta institución, que, a más de crear unos poderosos innecesarios, han sido más las frustraciones que le ha dejado a los colombianos que los aciertos.