Peligro público
“Importante que todos nos manifestemos en este caso”
UN hombre que ataca a trompadas y, algunos dicen, a patadas a una mujer en un lugar público es, sin lugar a dudas, una amenaza publica, así sea un desconocido o un personaje nacional como lo es Hernán Darío “Bolillo” Gómez, director técnico de la Selección Nacional de Fútbol.
Si este hombre hace esto en público, ¿qué hará en privado? ¿Qué habría pasado si “Bolillo” hubiera tenido un arma en el momento de su furia y su borrachera? ¿Estaríamos ante el cadáver de una mujer? ¿Que estoy exagerando? Pues no es así, pregunten a un especialista en agresión intrafamiliar cuántos casos de estos terminan en la muerte para la mujer. ¿Cuántas mujeres mueren a manos de su marido, amante o amigo en un arranque de violencia? Las cifras son alarmantes.
Por eso es tan importante que todos nos manifestemos en este caso y exijamos un repudio general y un castigo ejemplar. No sólo debe “Bolillo” salir de la Selección, sino también ser castigado de acuerdo con la ley.
Para agravar aún más las cosas, Álvaro González, segundo vicepresidente de Colfútbol, declaró, en defensa de “Bolillo”, que “si Piedad Córdoba fuera agredida por un hombre, estaría todo el mundo aplaudiendo”. Estas absurdas declaraciones son tan peligrosas como la agresión de “Bolillo”. Son de una intolerancia y gravedad inaceptables. ¿Es acaso esta una actitud generalizada entre los directivos del fútbol colombiano?
Ya es hora de que el fútbol colombiano limpie su acto. Si todo se está renovando en el país, por qué no las directivas de nuestro fútbol, tan anquilosadas y con tantos cuestionamientos.
El fútbol colombiano no puede ser tan desvergonzado de sostener como director del equipo a un agresor. Esto daña la imagen del país y del equipo y da un pésimo ejemplo a los jóvenes. Además, le hace un mal al mismo “Bolillo”, quien debe tomar su problema muy en serio y buscar, cuanto antes, ayuda profesional para controlar su temperamento.
Con respecto a las declaraciones de la senadora Liliana Rendón, insinuando que quizá “Bolillo” golpeó a la mujer porque esta se lo buscó, creo que el Partido Conservador debe exigirle que presente sus disculpas a las mujeres colombianas, a aquellas que han sido apaleadas, desfiguradas o humilladas a golpes por un hombre enfurecido, borracho, celoso o, simplemente, controlador y a las familias de aquellas que han sido asesinadas.
Yo, como conservadora, me avergüenzo de sus declaraciones. El respeto de la mujer es una de las bases del Partido Conservador y sus dirigentes se deben pronunciar al respeto.
Esta teoría de que la mujer es la culpable, porque su sola presencia o actitud incita a los hombres a la violencia y a la agresión sexual, es algo que pertenece a un pasado horrendo al que no queremos volver. En la actualidad, sólo personas ignorantes o retrógradas la usan.
Tal vez la senadora no pensó en el mal que sus declaraciones pueden causar en una sociedad que lucha continuamente por deshacerse del machismo que la ha caracterizado.