María Clara Ospina | El Nuevo Siglo
Miércoles, 12 de Noviembre de 2014

La Feria de la Lana

 

Ginet Peña, con toda la picardía de sus 7 años, ataviada como una típica campesinita del altiplano cundi-boyacense, gira el huso entre sus dedos con una rapidez y agilidad sorprendente, formando, de un haz de lana virgen, un hilo tan delgado y fuerte que la hace acreedora al primer premio, como mejor hilandera, categoría niños,  de la séptima Feria de la Lana de Cucunubá.

A dos horas de Bogotá, por un corto camino desde Ubaté, se llega a Cucunubá, pequeña población, localizada en un remanso de prados verdes tachonados por acacias amarillas, eucaliptos y sauces. Es fácil ver la riqueza de estas tierras donde, a la sombra de bellos farallones de roca, pastan plácidamente hatos de vacas lecheras, que dan a la región de Ubaté el título de capital de la leche y de sus derivados. También aquí, desde tiempos coloniales, se crían ovejas y se trabaja la lana para producir mantas y ruanas, famosas por su durabilidad y belleza.

Consciente de la importancia de esta industria familiar en la región, la Fundación Compartir, acompañada por otras corporaciones, desde hace siete años patrocina en Cucunubá el Festival de la Lana.

Fue bello ver llegar, desde la madrugada del sábado 8 de noviembre, de todas las veredas de la región, a campesinos y campesinas vestidas con sus típicos faldones negros, adornados con cintas de colores, y con los tradicionales sombreros y pañolones. Unos vienen a ver, otros a participar en los diferentes concursos y actividades de esta feria.

Ciento treinta hilanderos e hilanderas adultos y dos docenas de niños compitieron por los premios al mejor hilandero. Luego fue el concurso del mejor vestido típico y, más tarde, el concurso de esquiladores, al estilo antiguo, con tijeras.  Ver con qué facilidad, hombres y mujeres, agarran una pesada oveja, la tumban, la amarran y, sin lastimarla, la “pelan” en pocos minutos; es realmente divertido. Todo animado con la música de la Banda Sinfónica Juvenil de Cundinamarca y acompañado por gustosos platos y bebidas de la región.

 En la tarde, “el plato fuerte” de la Feria: la “pasarela de la lana”. De aquí saldrán para el mundo los diseños logrados con esta lana. Pilar Castaño, con su extenso conocimiento de la moda, presentó con maestría las colecciones de: Julia de Rodríguez, María Luisa Ortiz, Juan Pablo Socarrás, Ángel Yañez y las botas de Carolina Robayo, además de los diseños de María Clara Restrepo, diseñadora radicada en Milán, Italia. Colecciones todas con la calidad, creatividad y detalle de las que se presentan en las más sofisticadas pasarelas del mundo.

Cucunubá, con sus casas impecablemente pintadas de verde y blanco y ese deseo de todo un pueblo de integrar lo tradicional de su artesanía con las tendencias más modernas de la moda, tiene un potencial innegable.

Estas ferias nos recuerdan que tan bella y energética es Colombia y sus gentes. Para Cucunubá y para la el alma de esta feria, Alba Lucia Gómez, tanto brillo como el de los fuegos artificiales con que se remató la fiesta.