MARÍA CLARA OSPINA | El Nuevo Siglo
Jueves, 26 de Enero de 2012

 

La isla grande de Hawaii

 

Al llegar a la Isla Grande, o Hawaii, como se llama a esta isla que lleva el nombre del archipiélago del que forma parte, desde el avión vi uno de sus volcanes, el Mauna Kea, cubierto de nieve. Naturalmente, esperaba encontrar volcanes en esta isla, pero nunca imaginé que se cubrieran de nieve.

Realmente, uno no espera encontrarse en medio del Pacifico tropical a una isla con montaña nevada. Las islas hawaianas son de origen volcánico, o sea, fueron formadas por el surgimiento de volcanes en medio del mar. En la Isla Grande, la más grande del archipiélago, hay tres volcanes.

En el Kilauea, el más joven de los tres, se pueden observar pozos de lava ardiente y los destrozos causados por los ríos de lava de su última erupción.

El Mauna Loa, el cual ha hecho explosión 33 veces desde 1843, es la montaña más alta del mundo, más que el Everest. De su base, en el fondo del mar, hasta a su cúspide, se eleva 17 K, de ellos 4 sobre el nivel del mar.

En la cúspide del tercer volcán, el Mauna Kea, ya extinto, se encuentran 12 observatorios astronómicos de diferentes países y universidades, algunos de ellos los más poderosos del planeta. Este volcán se cubre de nieve durante el invierno. Se llega a los observatorios por una carretera que requiere un vehículo 4x4. Desde allí la vista es magnífica, sobre todo al atardecer, el cual se puede observar en todo su esplendor sobre las nubes.

Esta isla tiene desde selva tropical con enormes árboles y tupida vegetación, hasta desiertos. Se pueden ver más de cien caídas de agua, algunas de ellas se despeñan desde acantilados sobre el mar. La caída Hi’ilawe, en el bellísimo valle Waipi’o, mide 600 m. de altura.

Sus arrecifes de coral son unos de los mejor conservados del mundo. En uno de ellos tuve la sorpresa de encontrarme nadando rodeada de unos 14 delfines, pequeños en tamaño, juguetones y curiosos. Fue maravilloso oír sus cantos y verlos tan cerca a mí en el mar.

Igual se ven muchas tortugas verdes, las cuales han ido aumentando en número gracias a los programas de protección desarrollados por la isla. Las tortugas están generalmente rodeadas de pececillos amarillos y negros, los cuales les limpian el caparazón.

En las noches se puede hacer careteo con inmensas e inofensivas manta rayas, algunas de las cuales llegan a medir más de 5 metros de envergadura de sus “alas”. Estos animales se acercan atraídos por las luces prendidas por los barcos, que iluminan el plancton, su comida preferida.

La Isla Grande de Hawaii es rica en historia y leyendas, es famosa por la hermosura de su música y de sus bailes, entre ellos el hula-hula, y goza de la más variada topografía, fauna y flora.

Aquí vivió el gran guerrero Kamehameha I, quien unificó las islas del archipiélago de Hawaii en un solo reino. Aquí murió el capitán James Cook, gran explorador inglés, acreditado como el primer europeo en llegar a estas tierras.

Esta es una isla para explorar en todo el sentido de la palabra.