María Clara Ospina | El Nuevo Siglo
Miércoles, 18 de Noviembre de 2015

“Amenaza global. Así debe ser respuesta”

HILANDO FINO

Un acto de guerra

LÍNEAS  en los hospitales para donar sangre, taxistas que ofrecen sus servicios, sin cargo alguno, para trasportar heridos y sus familiares a donde sea necesario, supermercados donando comida y café gratis a los voluntarios, dolor y disgusto en la cara de todos, miles y miles de flores y velas en los lugares donde ocurrieron los miserable atentados, son un termómetro de la solidaridad con que los franceses, en especial los parisinos, han reaccionado a los ataque perpetrados en ParÍs, el reciente 13 de noviembre.

Los horrendos ataques contra civiles indefensos, que han dejado, hasta el momento, 129 muertos y 350 heridos, más de 100 de gravedad, han sido declarados, por el Presidente francés, como un “acto de guerra”.

François Hollandeha prometido reaccionar contra los extremistas musulmanes con todo el poder de Francia, y ha llamado al mundo libre a unir sus fuerzas en torno de la defensa de las ideas democráticas y seglares que  admiramos.  

Francia está, desde la noche del viernes 13, en guerra contra los terroristas  que amenazan la estructura sobre la cual descansa su democracia. Su lema, “Libertad, Igualdad, Fraternidad”, será defendido, cueste lo que cueste. Así lo pide hoy el pueblo francés. Será una lucha sin cuartel contra el auto-llamado, Estado Islámico, los asesinos de  ISIS. Contra aquellos que se precian de llevar “odio divino” en el corazón.  Quienes pretenden la muerte y la destrucción de todos los que ellos consideran infieles, estén donde estén; los cristianos, judíos,  hindúes; aun los agnósticos y los mismos musulmanes que se oponen a su fanatismo irracional.

Hace bien Hollande en convocar al mundo a unirse en la persecución y eliminación de estos terroristas. Este es un problema global y, como tal, debe ser confrontado. No solo Francia ha sufrido atentados; España, Gran Bretaña,  Bélgica, Rusia, EE.UU., Turquía, Israel y casi todas las regiones musulmanas en el Oriente Medio, África y Asia, han sentido la furia, la irracional locura y sanguinidad de ISIS y otros grupos musulmanes extremos.

La amenaza es global. Así debe ser la respuesta. En especial de los gobiernos musulmanes que condenan esta demencia. De no ser así, el mundo corre el peligro de que este conflicto se convierta en la pronosticada “Confrontación entre civilizaciones”.

Podríamos estar ad portas de una Tercera Guerra Mundial, de consecuencias catastróficas para la humanidad. Lo han predicho expertos, científicos, pacifistas y guerristas; la capacidad de destrucción del armamento y la tecnología actual, es incomparable a nada jamás visto por la humanidad.

Es urgente acabar con la atracción que estos fanáticos ejercen sobre musulmanes jóvenes e ilusos. Este tipo de sectas deslumbran a la juventud. Es el encanto que producen las revoluciones que pretenden ser incorruptas y ofrecen la salvación eterna a sus seguidores. Hay que desenmascarar a sus líderes y presentarlos como los fanáticos, despiadados y enfermos son.

Esta es una batalla por la supervivencia de las libertades, los derechos humanos, la igualdad de la mujer, el derecho a ser quienes queramos ser y practicar la religión que nos plazca. Es la lucha del hombre libre por mantener esa libertad.