MARTA LUCÍA RAMÍREZ | El Nuevo Siglo
Jueves, 15 de Noviembre de 2012

Impide mayor reducción del desempleo

 

Las cifras del mercado laboral dadas a conocer hace algunos días por el DANE revelaron que la tasa de desempleo se situó en 9,9% en septiembre de este año, es decir, que se incrementó 0,2 puntos con respecto al 2011.

Si analizamos con más detalle las cifras de desempleo, podemos ver que para el período entre julio y septiembre de este año la población ocupada disminuyó en el sector de explotación de minas y canteras en un 11,1%, en el de suministro de electricidad, gas y agua en un 10,5% y en la industria manufacturera se redujo en un 0,5%, lo que resulta ser un porcentaje considerable si se tiene en cuenta que la población ocupada en dicho sector representó para ese trimestre el 12,3% del total de trabajadores. De esta manera, se redujo en 13.000 el número de empleados en el sector manufacturero.

Entonces es posible ver que una importante causa del incremento del desempleo es la desaceleración de la industria a lo largo del año, lo que se confirma con el hecho de que la población desocupada en este sector aumentó en un 14,7%, es decir, en 30.000 trabajadores.

Sumado a esto, de acuerdo con la información al último informe del DANE de la Muestra Mensual Manufacturera (agosto de 2012), el 31% de los sectores fabriles de la economía han mostrado caídas en su índice de empleo por tres trimestres consecutivos y el 46% por dos trimestres consecutivos, lo que resulta preocupante si se tiene en cuenta que el sector industrial es uno de los mayores generadores de empleo en la economía. Así, las principales ramas que han presentado esta dinámica de decrecimiento en la ocupación durante los últimos tres trimestres son: bebidas, productos de tabaco, curtido y preparado de cueros, aserrado de madera, productos minerales no metálicos, fabricación de productos elaborados de metal, entre otras.

Preocupa además, la reducción del número de personas ocupadas en nivel departamental, durante el segundo trimestre de 2012, en sectores que concentran una buena parte del empleo del país, como lo son el sector textil y el de confecciones y prendas de vestir. El primero presentó una elevada disminución del empleo en Barranquilla (11,8%) y de 6,3% en Medellín; y en el segundo sector el número de personas ocupadas disminuyó en casi la totalidad de las principales ciudades, así decreció un 8,6% en Barranquilla, 7,8% en Cali, 7,5% en Medellín, 12,8% en los Santanderes y 3,5% en el eje cafetero.   

Los malos resultados respecto al mercado laboral en los últimos meses constituyen una señal más del preocupante comportamiento del sector manufacturero, que en vez de ser uno de los dinamizadores del empleo, está expulsando mano de obra gracias a la situación de desaceleración por la que atraviesa.

Vale la pena recordar, que esta desfavorable situación del sector fabril se debe a problemas estructurales que están generando desindustrialización, a la falta de una política clara de fortalecimiento industrial y empresarial como la ha venido promoviendo la Coalición para la Promoción de la Industria Colombiana, así como a la ausencia de incentivos tributarios, planes de fomento a la innovación, identificación de sectores claros con potencial regional, entre otros elementos necesarios para el desarrollo fabril.

Si bien reconocemos los esfuerzos del Programa de Transformación Productiva y del ministro Díaz-Granados estamos seguros de que de haber tenido en el Plan de Desarrollo de la administración Santos una locomotora de la producción industrial, otra cosa serían las perspectivas de exportaciones no tradicionales y de generación de empleos industriales de Colombia.