MARTA LUCÍA RAMÍREZ | El Nuevo Siglo
Martes, 12 de Marzo de 2013

Política industrial: auge regional

 

“Colombia sigue atrasada en este aspecto”

En un contexto internacional de incertidumbre económica, tanto México como Brasil hacen parte de las nueve “águilas” que contribuirán al crecimiento del PIB Mundial en la próxima década, según el BBVA Eagles. Asimismo, resuena hoy en día la economía peruana por sus excelentes resultados económicos en la región que según  pronósticos de Anif crecerá a tasas del 6% este año.

Se puede encontrar factores en común entre estas tres economías, y uno de ellos es el avance y perfeccionamiento de una política industrial en la agenda gubernamental ya que  buscan estimular activamente tanto el desarrollo como el crecimiento económico al crear condiciones óptimas en el sector fabril para conservar, sostener e incrementar la productividad, la competitividad, el empleo y la innovación.

México modificó recientemente la Constitución Política incluyendo en el artículo 25 y 26 la promoción de una política industrial nacional que permitirá contar con instrumentos de política pública que estimulen a los actores de los mercados y  garanticen la atención prioritaria que el Estado debe brindar a uno de los sectores más importantes de la economía: la industria.

Bajo este orden de ideas, México vinculó la política industrial con el impulso de la competitividad en el orden constitucional y en el Plan Nacional de Desarrollo, definiendo  estrategias, vigencias y continuidad de las políticas de desarrollo industrial, garantizando condiciones competitivas en temas como: i) sistema tributario, ii) educación, iii) ciencia, innovación y tecnología, iv) logística y comunicaciones, v) costo de la energía, vi) regulación de la competencia económica, vii) condiciones del mercado laboral, y viii) regulación e institucionalidad. Además, se incluirá en el Sistema Nacional de planeación Democrática del Desarrollo, el cual es un instrumento constitucional para actualizar y dar seguimiento a las políticas públicas más importantes del orden nacional.

Como lo he mencionado en diferentes ocasiones, en la actualidad hay una tendencia de las economías que lograron impulsar la competitividad de todos sus sectores y que son líderes en el crecimiento económico que consistente en la estructuración de políticas de impulso y fomento a las industrias manufactureras que puedan ser competitivas teniendo en cuenta además el potencial por sectores y regiones, optimizando las ventajas y oportunidades.

El debate también está adquiriendo mayor fuerza en Perú donde se está solicitando una mayor distribución de las ganancias obtenidas con el crecimiento económico, apoyando a los sectores fabriles por medio de una integración de las diferentes instituciones de gobierno con competencias en la promoción e impulso del desarrollo productivo.

 

Empero, Colombia continua atrasada al respecto, sin ningún interés político en promover una política industrial nacional que fomente la estabilidad de las distintas ramas que generan empleo de calidad. Recientemente se adoptaron medidas de elevar aranceles temporalmente para algunos sectores específicos y se está diseñando un Conpes de industria. No obstante, ello no constituye una política estructural que garantice la permanencia de estos sectores pues son medidas temporales y cortoplacistas. Colombia necesita una política industrial que garantice el incremento de la competitividad y productividad de los sectores con lo cual pueda aprovechar los diversos tratados de libre comercio ya firmados. El país no se puede quedar atrasado ante una rápida evolución de la agenda política mundial en pro del desarrollo nacional.

*Con el apoyo de Michelle Aguilar