Mauricio Botero Montoya | El Nuevo Siglo
Lunes, 13 de Junio de 2016

El último cartucho del Bronx

“Siempre se disimula responsabilidad de EU en narcotráfico”

EL  Bronx era un barrio de buenas costumbres pero su vecindario con el Congreso lo maleó según dicen las malas lenguas. Lo contaminó de malas mañas como dicen los caricaturistas.

 La operación limpieza decretada por las autoridades puso al descubierto la extensión de la organización delictiva de esa zona,  en pleno centro de la capital del país. Y algunos celebran la medida policiva mientras otros consideran que lo único que se logra es que el mal haga metástasis. Antes del Bronx existió el barrio de drogos conocido como El Cartucho. Y, por supuesto,  con el tiempo habrá otros. Pero eso no implica que la medida higiénica no tenga ningún valor.

El cura Nicoló, quien conocía mejor que nadie los bajos fondos sociales, abogó en su momento por la erradicación de El Cartucho. Hoy, es un tranquilo parque central. Y apenas queda un agradable libro de relatos de su pasado vertiginoso llamado El último cartucho, escrito por un narrador habitante de sus calles.

Nicoló sostenía que en el proceso de erradicación se rompía el monopolio del negocio violento, la máquina perversa que apretaba el cuello de los drogadictos. Se lograba un respiro y se saneaba la zona.  Si se pretende que una medida policiva sea  la solución total a los complejos  problemas sociales, haremos que lo perfecto se vuelva enemigo de lo bueno.  Estamos viviendo en un mundo interconectado, su mayor motor económico Estados Unidos, es la mayor potencia drogadicta que la humanidad haya conocido. Y por tanto los medios de comunicación a su servicio no mencionan su responsabilidad en el caso del Bronx, en el caso del Cartucho, o en el caso de países como México y Colombia convertidos, como esos barrios, en los proveedores de la creciente adicción norte americana. Potencia que en el consumo de alucinógenos muestra una afinidad con la adicción romana en la época de su decadencia. Y que en vano sus emperadores intentaron extirpar. Es tan fácil lograr una publicación autocritica de los medios como CNN, como lograr que Maduro en Venezuela reconozca su fracaso. Los noticieros nacionales, y lo repito como una rueda en un bache, no mencionan jamás a Estados Unidos en las noticias vinculadas con tráfico de drogas ilícitas. Han introyectado la política del disimulo de las responsabilidad estadunidense y la han elevado a norma. Así también ocurre en México que es algo más nacionalista y quien perdió la mitad de su territorio con sus vecinos del norte, quien ahora los ha convertido en su Bronx.