Metodología | El Nuevo Siglo
Sábado, 11 de Febrero de 2017

Complacen actitudes complementarias en fuentes diferentes y tal es el caso en Poder y Violencia en Colombia (Odecof, Cinep, República de Colombia, Colciencias, Programa por la Paz, Prosperidad para Todos, Bogotá, 2015) por Fernán E. González González, jesuita y “Las regiones están llenas de Grupos Nule”  (El Tiempo, Bogotá, domingo, enero 29, 2017), página 10, en reportaje concedido por Juan Martín Caicedo Ferrer, Presidente Ejecutivo, Cámara Colombiana de Infraestructura, a Yamid Amat.

González se ocupa, por ejemplo, del papel de las guerras internacionales y domésticas y la estructura agraria en la formación del Estado y se basa en las experiencias inglesa y francesa, o sea, se esperaría el surgimiento de la democracia. Sin embargo, en la práctica, pueden surgir formas autoritarias del Estado, negociaciones difíciles con las élites y ausencia de subordinación de las regiones con el centro, es decir, existe la posibilidad de resultados muy diversos en los niveles regional, local y sublocal y ha de examinarse la situación en cada uno.

Se ha abandonado la práctica de hablar del Estado Fallido y se prefiere referirse al Estado en Construcción. ¿Y qué ocurre? Caicedo introduce el tema de la corrupción en los niveles señalados y permítase un paréntesis: muchas veces se ha planteado la materia en nuestro país y parece que esta vez en serio al considerar la intensidad, frecuencia, calidad de los expositores y la acción unificada de los órganos nacionales de control de la República a cargo de Edgardo Maya, Néstor Humberto Martínez y Fernando Carrillo quienes han empezado a adoptar decisiones formales.

Caicedo ubica el peor problema en los departamentos y municipios (no en el nivel central), o sea, la causa principal se radica en lo regional, local y sublocal y determinada por el alto costo de las campañas políticas- es clientelismo - ; los procesos son financiados mediante licitaciones con participantes únicos; se propone la financiación pública de las campañas y la implantación forzosa del pliego típico y que haya amplia participación en las licitaciones.

Las contralorías departamentales están corrompidas, las clases política y empresarial están comprometidas, la elección popular de alcaldes y gobernadores ayuda en la corrupción y el clientelismo (triunfó la democracia, se perdió transparencia), existe mala conducta de los funcionarios y contratistas.