En plena Feria del Libro de Bogotá, cuando nos deleitamos con tanta oferta de libros, quiero recomendarles Neruda y su laberinto pasional, de la destacada escritora y periodista boliviana, Verónica Ormachea.
Solo una pluma tan versada como la de Ormachea es capaz de escribir de una manera tan ágil, amena y bien documentada, una biografía sobre Pablo Neruda. Esta obra más parece una novela de aventuras, acontecimientos políticos y excesos amorosos, que la vida de uno de los poetas latinoamericanos más destacados durante las turbulentas décadas del siglo XX, las que trajeron consigo la Guerra civil española, las dos Guerras Mundiales y la consecutiva Guerra Fría, entre capitalistas y comunistas, con el surgimiento de la Unión Soviética y la toma de China por Mao Zedong.
Conocemos de la trágica niñez del poeta a la sombra de la muerte de su madre, tres meses luego de su nacimiento: “Cuando nací mi madre se moría/ con una santidad de ánima en pena/ madre mía, he llegado tarde para besarte/ para que con tus manos me bendigas…”, escribe el vate con profunda tristeza; del maltrato constante de su padre, un conductor de tren con una oscura y violenta personalidad, teñida por un machismo degradante; de su adolescencia y de sus primeros amores, que inspiran algunos de sus poemas más conocidos.
Igual compartimos su vida de penurias, inclusive los dolorosos episodios como diplomático en oriente, sin dinero, sin experiencia, escribiendo siempre para sobrevivir de alguna manera.
Participamos de sus amores constantes y paralelos con varias mujeres a la vez, enamorado de todas y de ninguna. Sabemos de su impresionante capacidad de hacer amigos y relacionarse con los poetas y escritores más importantes de esas décadas, y lo vemos convertirse en un comunista declarado, admirado por sus camaradas políticos y perseguido por sus enemigos.
Sus 521 páginas se leen en pocos días por el interés que crean en el lector, por su desconcertante humor, por la carga histórica de su contenido, por la tristeza al recordar las trágicas y absurdas muertes de Federico García Lorca y Miguel Hernández, gigantes de la poesía, y cuando tratamos de entender la absurda estupidez de las guerras.
Desde las primeras páginas, cuando la escritora pone en boca del poeta el recuento de su propia vida ante la eminencia de su muerte, comprendemos cómo Ormachea domina el tema. Ella no perdonará sus debilidades ni errores, su extremo fanatismo político, su patética negación a considerar la obra de cualquier escritor de derecha, su egoísmo, tampoco ocultará la grandeza de sus poemas, su tenacidad, ni de sus actos en defensa de los derechos humanos de copartidarios y amigos.
Verónica Ormachea tiene madera para escribir con certeza y aplomo, como lo ha hecho muchas veces; así escribió Entierro sin muerte. El secuestro de Doria Medina por el MRTA, (Aguilar Santillana). Los Ingenuos, (Alfaguara. libro finalista del Premio Nacional de Novela en Bolivia). Los Infames, (Gisbert, traducido como Hochschild’s Passaports, Lazy, EE. UU). Merecedora del Premio Franz Tamayo, por creación Intelectual, Premio a la escritora más destacada por el Ministerio de Culturas de Bolivia, entre otros.
Los invito a la presentación de este maravilloso libro en la FiLBo, este viernes a las 6pm. Stand #1907 de España. Editorial Sial Pigmalión. Pabellón Internacional. Ahí nos vemos.