La liberación en Venezuela del líder opositor Leopoldo López, apoyada y respaldada por parte de un grupo integrante de las fuerzas militares de dicho país, es una señal de que la aparente unidad de las fuerzas de seguridad venezolanas empieza a verse fracturada y ello abre paso a lo que podría ser el camino de solución a la situación del vecino país, porque detrás de Maduro y el sostenimiento de su gobierno se encuentra el respaldo del poder militar como uno de los principales bastiones, sin desconocer el papel que juega la numerosa presencia de cubanos y los intereses políticos y económicos de Rusia, China y Turquía.
Señalo que puede darse un camino de solución sin considerar que el mismo esté garantizado, pues una vez más las oportunidades de resolver el caos que se vive en Venezuela quedan en manos de los propios venezolanos, quienes son los únicos llamados a liderar este nuevo hito político-militar y usarlo estratégicamente para terminar la horrible tragedia que han venido sufriendo en manos de Maduro y establecer así un nuevo gobierno que pueda empezar a darle ordenamiento y soluciones a un futuro democrático, social y económico.
Esta tarea va a ser larga y difícil y los venezolanos deben entender que además de contar con el apoyo de la comunidad internacional, requieren de parte de ellos mismos un liderazgo colectivo superior que sea capaz de movilizar a todo un país y unir a este movimiento popular a las fuerzas armadas, quienes bajo la fórmula de adecuado liderazgo y respaldo popular deberán entender la necesaria solidaridad que de ellos se espera en estos críticos momentos.
Está claro que el señor Maduro -al ver que se le pueden estar acabando sus horas en el poder- no se va a quedar quieto y va a acudir a sus seguidores y a las milicias armadas que respaldan y apoyan su mandato, así como a los países aliados a sus intereses y puede presentarse un enfrentamiento donde se pierdan vidas y haya masacres incalculables.
Pero también lo que es claro es que si los venezolanos no aprovechan la división en las Fuerzas Armadas que se ha presentado hoy y no logran hacer la convocatoria popular que se requiere, Maduro se dará como triunfador, usará a la Fiscalía para castigar a los militares y a los dirigentes políticos que intervinieron y tratará de fortalecerse apoyado en el miedo de sus opositores y el respaldo internacional de los gobiernos que les interesa que Maduro permanezca para proteger sus intereses políticos y económicos.
Claramente hay una nueva oportunidad, pero ésta solo se materializará en la medida que los venezolanos demuestren su liderazgo. Un liderazgo colectivo, sin divisiones y sustentado en el clamor popular, ejercido desde Venezuela y por los propios venezolanos, con el claro y contundente respaldo de la comunidad internacional