Terminó el severo año 2020 que generó mucha ansiedad, preocupación y tribulaciones como nunca antes había sufrido esta generación. La pandemia de covid-19 que todavía hoy nos persigue y amenaza sorprendió al mundo, causando en un comienzo incredulidad, para llegar al pánico y desasosiego por el cúmulo de muertes que fue dejando a su paso.
Este nuevo año nos promete recursos científicos, capacidad en medios y conocimientos médicos de cara al coronavirus para enfrentarlo, medios que serán la herramienta de un renacer del mundo en todo sentido; la esperanza es magna y las grandes potencias buscan afanosamente una salida, pues la economía global está resentida y con ella la estabilidad mundial.
Por lo anterior la esperanza de un florecer tranquilo, seguro y prometedor invade nuestros corazones; las tareas son diversas, la recuperación no será fácil ni espontánea, urge un acuerdo de voluntades y la presencia de líderes capaces de conducir la sociedad por cauces de entendimiento y colaboración. La competencia existe, los conocimientos están, solo falta una alta dosis de fraternidad para tocar los dinteles del éxito, porque el bien general está por encima de intereses particulares y mezquinos. Primero presentemos un frente amplio contra la amenaza, luego vendrán otras prioridades de orden universal como el climático y el ambiental, por nombrar solo dos frentes de alta tensión.
De otro lado, en lo patrio, nuestra Policía Nacional inicia el 2021 con nueva administración. El Señor Presidente de la Republica tuvo a bien nombrar como su nuevo Director, al señor General Jorge Vargas Valencia, oficial de brillante y conocida carrera profesional, venido de cuna policial por ser su padre otro excelente miembro de la institución, de quien en lo particular guardo un grato recuerdo por sus enseñanzas y ejemplos que sirvieron de guía para muchos oficiales de mi generación, quienes percibimos en el General Vargas Villegas un faro de dedicación y entrega por el servicio. Nuestro Director tiene a su favor un profundo conocimiento del andamiaje institucional por haber desempañado en los diferentes grados de su carrera la mayoría de cargos contemplados en la organización de la policía, tanto administrativa como operativamente; y al ser oficial de avanzada identifica las falencias y fortalezas de cada sector.
Los colombianos podemos contar, de entrada, con un ajuste institucional dirigido al control del personal en las diferentes áreas del trabajo, especialmente en lo referente a la vigilancia urbana y rural, por ser ésta su última unidad y despertar en el hoy Director muchas inquietudes y preocupaciones, enfocadas a lograr la ubicación permanente del personal en servicio. El uso de la fuerza es otro frente que el General Vargas tiene identificado como de urgente control. Son muchos los proyectos, pero buscar recurso humano con vocación es un desvelo del nuevo Director.