¿Nuevo orden internacional? | El Nuevo Siglo
Viernes, 30 de Diciembre de 2016

El hecho del año en el panorama internacional lo constituye, sin duda, la elección de Donald Trump para la presidencia de los Estados Unidos, quien, luego de una campaña agria, de enfrentamientos muy duros con la candidata demócrata, terminó imponiéndose en el país que se precia de contar con la democracia más sólida y estable, lo que, unido a su prosperidad, le ha permitido liderar lo que algunos llaman el mundo libre.

Sobre lo que será la gestión de Trump se han construido diferentes hipótesis por parte de los comentaristas de la prensa internacional, como la probable alianza con Putin  -que reaparece con un liderazgo fuerte- para debilitar a la China que se ha vuelto un competidor muy fuerte en el campo del comercio internacional, que reorientará la política internacional de Obama para que los Estados Unidos sean más respetados, que incluye la relación con Cuba y el conflicto que se vive en Siria, y el anuncio de revisar los tratados de libre comercio  para obtener mayores ventajas para su país.

En lo que corresponde a América Latina, distinto a la construcción del muro  -ahora se habla de valla-  no se conocen adelantos sobre lo que será su política respecto de estos países; vale decir, si será de cooperación o de decisiones unilaterales. En todo caso hay expectativa sobre lo que será la posición del nuevo gobierno frente a la crisis de Venezuela y el acuerdo de paz celebrado en Colombia. Algunos anticipan que se retomará el esquema anterior de la lucha antidroga y que se exigirán resultados en materia de áreas cultivables. Desde luego que casi todo es especulación, pero, a juzgar por los funcionarios que se han ido designando, es probable que algunas de estas medidas se adopten por el nuevo gobierno de los Estados Unidos.

Todo pareciera indicar que el interés del presidente Trump es el de proponer un nuevo orden internacional replanteando algunas de las alianzas políticas y militares con las que se ha ejercido el liderazgo del planeta desde el fin de la segunda guerra mundial que dividió al mundo entre el bloque socialista de la antigua URSS, hoy reducido a Rusia, y los países agrupados en la Otan, comandados por Estados Unidos e Inglaterra, que comparten un mismo modelo económico. Y en medio de los dos bloques irrumpió la China, que no parece tener aliados visibles, pero ha ido construyendo relaciones con países como Venezuela, a quien le ha hecho repetidos préstamos, y el aparente apoyo que brinda para construir un canal en Nicaragua.

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Termina el 2016, cuyo balance, en términos de acontecimientos notables, hemos intentado adelantar en columnas anteriores. El 2017 será un año con particulares agitaciones con los desarrollos que habrá de tener el acuerdo de paz y el comienzo de la campaña electoral.

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Quiero desearles a todos éxitos renovados en el nuevo año, en particular a quienes me hacen el honor y tienen la paciencia de leer esta columna.