Obispos de Colombia | El Nuevo Siglo
Domingo, 27 de Diciembre de 2015

Instrumentos de reconciliación

 

Los obispos de Colombia, en su mensaje de Navidad, hicieron  un llamado a todo el pueblo colombiano y de manera particular a los gobernantes “para que en esta Navidad sean auténticos instrumentos de reconciliación, justicia y paz”.  

Reunidos en la Conferencia Episcopal emitieron un mensaje en el que recuerdan que “la Navidad la celebración del nacimiento de Jesús “nos debe llevar a un tiempo de alegría, encuentro fraterno, compartir generoso, perdón sincero y paz con los hermanos” y que esta festividad es una reiteración de que “Dios se hace uno en nosotros”.

 “Una  vez más nos encontrarnos ante el gran suceso del nacimiento de nuestro salvador Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.   (Jn  1, 14), quien se hace pequeño como uno de nosotros naciendo en la humildad de nuestra condición humana y en la sencillez de un pesebre. Este es el misterio del amor de Dios Padre, siempre nuevo y sorprendente, que nos revela su preocupación por la humanidad, el cual teniendo la posibilidad de ofrecer su  amor y salvación de múltiples formas ha preferido abajarse  y acercarse a cada ser humano (Flp 2,6-7) , para tornarlo de la mano y llevarlo nuevamente  a su Creador, albergándolo en su corazón rico en  misericordia. Desde este acontecimiento Dios “se ha unido en cierto modo con todo hombre   (G.S, 22).

Por lo tanto ya ningún ser humano puede sentirse extranjero ante los ojos de Dios, porque Él está con nosotros, es  el Emmanuel, camina con nosotros y, aunque pasemos por quebradas oscuras no tememos ningún mal, porque Él está con nosotros  (Sal 23).

Durante estos días nuestras calles y viviendas se han engalanado con luces, adornos y colores, generando  un sentimiento de alegría y regocijo, esta disposición nos habla que estamos en Navidad y nos evoca el Belén, no obstante la navidad es mucho más. Por tanto, si anhelamos celebrar auténticamente este tiempo y recibir los dones de Dios, necesitamos de la fe, porque es un misterio de amor que requiere de un corazón creyente y solicito para escuchar su voz.

Esta fe implica  un si al Señor, para que su gracia llegue y cubra toda la existencia y así como aconteció  con los humildes pastores que se encontraban cercanos al portal de Belén.

En consecuencia, únicamente el Señor se deja descubrir por los ojos sencillo9s de la fe del corazón manso y, humilde de quien espera a su Salvador. (Tomado de la Conferencia Episcopal de Colombia)