Los responsables de la lucha contra el narcotráfico, en todas sus modalidades, ven con buenos ojos el renacer de la fumigación aérea. Hablamos de modalidades, porque en el narcotráfico existen estadios que hacen parte del engranaje de esa actividad, como son el cultivo, procesamiento, producción, transporte y comercialización, teniendo cada operación toda una organización que la convierte en parte fundamental, o por lo menos integral, de la cadena denominada narcotráfico.
El cultivo es la parte de la operación que hoy nos ocupa y tiene la importancia de producir la materia prima del negocio, es decir la hoja de coca; no vamos a irrumpir en el mundo del procesamiento, solo fijaremos nuestra atención en la lucha para combatir los cultivos y las diferentes etapas que para ello han utilizado los gobiernos y especialmente la Policía Nacional, institución encargada de ejecutar esta ardua tarea, que se inició por los años 1981, cuando la marihuana era cultivada en grandes extensiones patrias para ser transportada y comercializada en los países del norte. Ante la dimensión del problema, la erradicación manual se tornó en imposible, por lo tanto el gobierno frente a petición de las agencias norteamericanas comprometidas en el control al narcotráfico y la fuerza pública colombiana, accedió a estudiar la posibilidad de utilizar la fumigación aérea, para lo cual se debieron adelantar tareas muy serias sobre las ventajas y desventajas de esta modalidad, sus peligrosos antecedentes en la agricultura y medio ambiente. Para ello apoyó talleres desarrollados por las autoridades de la época, que terminaron autorizando la aspersión aérea con Paraguay; convirtiéndose este hecho en punto de partida para la erradicación aérea de cultivos ilícitos en Colombia, especialmente aquellos industrializados y de grandes extensiones, donde aparecieron organizaciones armadas y grupos criminales.
Posteriormente surgieron cultivos de coca en los llanos orientales, que hicieron metástasis en todo el país, debiendo las autoridades buscar un herbicida más potente que el utilizado, recurriendo al glifosato, sustancia sometida a diferentes pruebas antes de autorizar su uso en los diferentes cultivos. Por sus resultados, este salto representó el quiebre en el combate a los cultivos ilícitos, lo que impulsó a las organizaciones de narcotraficantes a buscar salidas audaces del problema, utilizando diferentes estrategias como entreverar cultivos de pan coger entre los ilícitos e impulsar el campesinado a protestar por su salud y seguridad desde todo punto de vista posible, de exponer como daños ambientales y ataques a la salud. Pero lo más preocupante hoy es que la Corte Constitucional ordena una serie de drásticas medidas y condiciones, que de seguro se cumplirán, como en épocas y días pasados las cumplimos, no pensemos que la aspersión área es fruto de improvisación; por el contrario, son muchas y variadas las experiencias que presagian éxito futuro en la misión.